Mabel Martínez del área de Infancia y Juventud de la mencionada delegación, explica que en estos tiempos de pandemia ha habido que rehacer grupos, metodologías y celebraciones y, también cuidar con mucho mimo a los niños y niñas y a las familias, siendo muy estrictos con el cumplimiento de las condiciones sanitarias, con el fin de que las catequesis fuesen espacios seguros “podemos decir con alegría y satisfacción que lo hemos conseguido. De verdad, ¡muchas gracias!”.
El pasado 10 de mayo, el papa Francisco publicó la carta apostólica “Antiquum ministerium” en la que se instituye el ministerio del Catequista. Para Mabel, el papa Francisco entiende la catequesis como una acción necesaria para la transmisión de la fe, “sobre todo desde la perspectiva del primer anuncio, cuyos destinatarios actuales (nos lo recuerda) ya no son exclusivamente los niños y las niñas, sino también personas adultas”. El texto reconoce y pone en valor eclesial la acción del catequista como un ministerio laical, realizado durante dos milenios por innumerables laicos y laicas, que así han participado directamente en la difusión del Evangelio como expresión de su compromiso bautismal, “el documento papal es un reconocimiento de nuestra labor, que agradecemos. Y, al mismo tiempo, una llamada, que escuchamos, a vivir nuestra vocación de catequista con mayor fidelidad y responsabilidad”.