El obispo subraya que aceptó la propuesta de embarcarse en contar su vida y su pensamiento no tanto porque considerara que tuviera «mayor interés«, sino porque le gustaría «compartir» algunas experiencias y reflexiones que «pudieran ayudar a las personas«. Y es que, al leer el libro, se descubren algunas facetas de la biografía y pensamiento de Mons. Mario Iceta poco conocidas y que pueden dar algunas pistas sobre diversas cuestiones. Como que proviene de una familia religiosa, «pero sin estridencias«. Que tuvo dudas a la hora de decantarse entre los estudios de medicina o de física, hasta que tras un accidente de tráfico en el le tocó estar ingresado durante un mes en el hospital, se decidió por la física. Que tras un año en Madrid llevando adelante los estudios de Física se dio cuenta de que su vida requería una vertiente «más humanista» y comenzó a estudiar Medicina en Pamplona, donde compartió piso con otros estudiantes… En torno al tema de la vocación cuenta cuánto le costó decidirse y cómo le ayudó un sacerdote al que invitaron un día al piso. Sus amores con Andalucía desde que llegó a Córdoba, su devoción a la Virgen del Rocío… El prelado ofrece muchos detalles sobre sus experiencias personales y su forma de entender el ministerio «al servicio de los demás» y procurando «no dejar a nadie en la cuneta aunque se camine más despacio».
Ordenación episcopal
Recuerda ese día con el ambiente «muy acogedor» con gente de Bilbao y también de Córdoba. Las tareas particulares que le encargó Mons. Ricardo Blázquez centradas en cuidar el Seminario, la pastoral vocacional y juvenil y la pastoral familiar. Una vez nombrado obispo el autor del libro pregunta a Mons. Mario Iceta qué le ha quitado el sueño y responde: «Últimamente la crisis sanitaria y antes de la crisis, sobre todo, el tema de la pederastia».
En cuanto a las particularidades de la Diócesis de Bilbao respecto a otras, el prelado destaca que «siempre ha estado muy presente en el mundo cultural, particularmente en la promoción de la cultura y la lengua vasca. Se crearon muchas ikastolas de titularidad parroquial», señala. Por otra parte, destaca la importancia que tuvo el Seminario de Derio, no solo para el clero sino para la sociedad en general y se refiere a la «intensa» participación del laicado en diversas responsabilidades eclesiales.
En otro orden de cosas el libro recoge las reflexiones del obispo en torno a temas como el celibato, la homosexualidad, el aborto etc.