18-11-2025 Martes, XXXIII semana - tiempo ordinario
Bizkeliza 5 Evangelización 5 Liturgia 5 Liturgia de las Horas

Liturgia de las Horas

Selecciona el día que quieres consultar
Fecha:
Semana:
Día:
Tiempo ordinario, XXXIII.
Laudes y visperas de 2025-11-18:

LAUDES

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor. Tiempo pascual: El que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos. Aleluya. Salmo 23 Entrada solemne de Dios en su templo Las puertas del cielo se abren ante Cristo que, como hombre, sube al cielo (S. Ireneo) Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. - ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? - El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. - Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. - ¿Quién es ese Rey de la gloria? - El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. - ¿Quién es ese Rey de la gloria? - El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria. Fuera del tiempo pascual: Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor. Tiempo pascual: Ant. El que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Ensalzad con vuestras obras al Rey de los siglos. Tiempo pascual: Ensalzad al Rey del cielo y alegraos de su grandeza. Aleluya. Cántico: Tb 13, 1-10a Dios castiga y salva Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva (1 P 1, 3) Bendito sea Dios, que vive eternamente, y cuyo reino dura por los siglos: él azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano. Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles, porque él nos dispersó entre ellos. Proclamad allí su grandeza, ensalzadlo ante todos los vivientes: que él es nuestro Dios y Señor, nuestro Padre por todos los siglos. Él nos azota por nuestros delitos, pero se compadecerá de nuevo, y os congregará de entre las naciones por donde estáis dispersados. Si volvéis a él de todo corazón y con toda el alma, siendo sinceros con él, él volverá a vosotros y no os ocultará su rostro. Veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena, bendeciréis al Señor de la justicia y ensalzaréis al rey de los siglos. Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder a un pueblo pecador. Convertios, pecadores, obrad rectamente en su presencia: quizá os mostrará benevolencia y tendrá compasión. Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo, y me alegraré de su grandeza. Que todos alaben al Señor y le den gracias en Jerusalén. Fuera del tiempo pascual: Ant. Ensalzad con vuestras obras al Rey de los siglos. Tiempo pascual: Ant. Ensalzad al Rey del cielo y alegraos de su grandeza. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: El Señor merece la alabanza de los buenos. Tiempo pascual: La misericordia del Señor llena la tierra. Aleluya. Salmo 32 Himno al poder y a la providencia de Dios Por medio de la Palabra se hizo todo (Jn 1, 3) Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones: que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos; encierra en un odre las aguas marinas, mete en un depósito el océano. Tema al Señor la tierra entera, tiemblen ante él los habitantes del orbe: porque él lo dijo, y existió, él lo mandó, y surgió. El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres; desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra: él modeló cada corazón, y comprende todas sus acciones. No vence el rey por su gran ejército, no escapa el soldado por su mucha fuerza, nada valen sus caballos para la victoria, ni por su gran ejército se salva. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos. Tiempo pascual: Ant. La misericordia del Señor llena la tierra. Aleluya. LECTURA BREVE: Rm 13, 11b. 12-13a Ya es hora de despertaros del sueño. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. RESPONSORIO BREVE R/. Dios mío, peña mía. * Refugio mío, Dios mío. V/. Mi alcázar, mi libertador. * Refugio mío, Dios mío. Gloria al Padre. Dios mío. Benedictus, ant. El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus profetas. PRECES Ya que hemos sido llamados a participar de una vocación celestial, bendigamos por ello a Jesús, el sumo sacerdote de la fe que profesamos, y supliquémosle, diciendo: Señor, nuestro Dios y nuestro Salvador. Rey todopoderoso, que por el bautismo has hecho de nosotros un sacerdocio real, - haz que nuestra vida sea un continuo sacrificio de alabanza. Ayúdanos, Señor, a guardar tus mandatos, - para que, por la fuerza del Espíritu Santo, nosotros permanezcamos en ti, y tú en nosotros. Danos tu sabiduría eterna, - para que nos asista en nuestros trabajos. Concédenos ser la alegría de cuantos nos rodean - y fuente de esperanza para los decaídos. Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro. Oración Escucha, Señor, nuestras súplicas matinales y, con la luz de tu misericordia, alumbra la oscuridad de nuestro corazón: que los que hemos sido iluminados por tu claridad no andemos nunca tras las obras de las tinieblas. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.

VÍSPERAS

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: El Señor da la victoria a su Ungido. Tiempo pascual: Ahora se estableció el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo. Aleluya. Salmo 19 Oración por la victoria del rey Cuantos invoquen el nombre del Señor se salvarán (Hch 2, 21) Que te escuche el Señor el día del peligro, que te sostenga el nombre del Dios de Jacob; que te envíe auxilio desde el santuario, que te apoye desde el monte Sión. Que se acuerde de todas tus ofrendas, que le agraden tus sacrificios; que cumpla el deseo de tu corazón, que dé éxito a todos tus planes. Que podamos celebrar tu victoria y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes; que el Señor te conceda todo lo que pides. Ahora reconozco que el Señor da la victoria a su Ungido, que lo ha escuchado desde su santo cielo, con los prodigios de su mano victoriosa. Unos confían en sus carros, otros en su caballería; nosotros invocamos el nombre del Señor, Dios nuestro. Ellos cayeron derribados, nosotros nos mantenemos en pie. Señor, da la victoria al rey y escúchanos cuando te invocamos. Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor da la victoria a su Ungido. Tiempo pascual: Ant. Ahora se estableció el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Al son de instrumentos cantaremos tu poder. Tiempo pascual: Has asumido, Señor, el poder y comenzaste a reinar. Aleluya. Salmo 20, 2-8. 14 Acción de gracias por la victoria del rey El Señor resucitado recibió la vida, años que se prolongan sin término (S. Ireneo) Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia; porque el rey confía en el Señor, y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza, y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Fuera del tiempo pascual: Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder. Tiempo pascual: Ant. Has asumido, Señor, el poder y comenzaste a reinar. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya. Cántico: Ap 4, 11; 5, 9. 10. 12 Himno de los redimidos Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza. Fuera del tiempo pascual: Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Ant. Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya. LECTURA BREVE: 1 Jn 3, 1a. 2 Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Queridos, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. RESPONSORIO BREVE R/. Tu palabra, Señor, es eterna. * Más estable que el cielo. Tu palabra. V/. Tu fidelidad de generación en generación. * Más estable que el cielo. Gloria al Padre. Tu palabra. Magníficat, ant. Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. PRECES Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, el pueblo adquirido por él, y supliquémosle, diciendo: Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor. Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que las gobiernan: - que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la paz. Tú que hiciste cautiva nuestra cautividad, - devuelve la libertad de los hijos de Dios a todos aquellos hermanos nuestros que sufren esclavitud en el cuerpo o en el espíritu. Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas - y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida. Que los niños imiten tu ejemplo - y crezcan siempre en sabiduría y en gracia. Acoge a los difuntos en tu reino, - donde también nosotros esperamos reinar un día contigo. Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre: Padre nuestro. Oración Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, porque has permitido que llegáramos a esta noche; te pedimos quieras aceptar con agrado el alzar de nuestras manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.