26-11-2025 Miércoles, XXXIV semana - tiempo ordinario
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Liturgia de las Horas

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Tiempo ordinario, XXXIV.
Laudes y visperas de 2025-11-26:

LAUDES

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios? Tiempo pascual: Te vio el mar, oh Dios, mientras guiabas a tu pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya. Salmo 76 Recuerdo del pasado glorioso de Israel Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan (2 Co 4, 8) Alzo mi voz a Dios gritando, alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío; de noche extiendo las manos sin descanso, y mi alma rehúsa el consuelo. Cuando me acuerdo de Dios, gimo, y meditando me siento desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos, y la agitación no me deja hablar. Repaso los días antiguos, recuerdo los años remotos; de noche lo pienso en mis adentros, y meditándolo me pregunto: «¿Es que el Señor nos rechaza para siempre y ya no volverá a favorecernos? ¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha terminado para siempre su promesa? ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra sus entrañas?». Y me digo: «¡Qué pena la mía ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!». Recuerdo las proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos; con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. Te vio el mar, oh Dios, te vio el mar y tembló, las olas se estremecieron. Las nubes descargaban sus aguas, retumbaban los nubarrones, tus saetas zigzagueaban. Rodaba el estruendo de tu trueno, los relámpagos deslumbraban el orbe, la tierra retembló estremecida. Tú te abriste camino por las aguas, un vado por las aguas caudalosas, y no quedaba rastro de tus huellas: mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios? Tiempo pascual: Ant. Te vio el mar, oh Dios, mientras guiabas a tu pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece. Tiempo pascual: El Señor da la muerte y la vida. Aleluya. Cántico: 1 S 2, 1-10 Alegría de los humildes en Dios Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes (Lc 1, 52-53) Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. No hay santo como el Señor, no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos, no echéis por la boca arrogancias, porque el Señor es un Dios que sabe; él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria; pues del Señor son los pilares de la tierra, y sobre ellos afianzó el orbe. Él guarda los pasos de sus amigos, mientras los malvados perecen en las tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza. El Señor desbarata a sus contrarios, el Altísimo truena desde el cielo, el Señor juzga hasta el confín de la tierra. Él da fuerza a su Rey, exalta el poder de su Ungido. Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece. Tiempo pascual: Ant. El Señor da la muerte y la vida. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: El Señor reina, la tierra goza. + Tiempo pascual: Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya. Salmo 96 Gloria del Señor, rey de justicia Este salmo canta la salvación del mundo y la conversión de todos los pueblos (S. Atanasio) El Señor reina, la tierra goza, + se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego, abrasando en torno a los enemigos; sus relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su orgullo en los ídolos; ante él se postran todos los dioses. Lo oye Sión, y se alegra, se regocijan las ciudades de Judá por tus sentencias, Señor; porque tú eres, Señor, altísimo sobre la tierra, encumbrado sobre todos los dioses. El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor reina, la tierra goza. Tiempo pascual: Ant. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya. LECTURA BREVE: Rm 8, 35. 37 ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquél que nos ha amado. RESPONSORIO BREVE R/. Bendigo al Señor. * En todo momento. Bendigo. V/. Su alabanza está siempre en mi boca. * En todo momento. Gloria al Padre. Bendigo. Benedictus, ant. Sirvamos con santidad al Señor, todos nuestros días. PRECES Oremos al Señor Jesucristo, que prometió estar con su Iglesia todos los días, hasta el fin del mundo, y digámosle confiados: Quédate con nosotros, Señor. Quédate con nosotros, Señor, durante todo el día; - que el sol de tu gracia nunca decline en nuestras vidas. Te consagramos este día como oblación agradable a tus ojos, - y proponemos no hacer ni aprobar nada defectuoso. Que en todas nuestras palabras y acciones seamos hoy luz del mundo y sal de la tierra - para cuantos nos contemplen. Que la gracia del Espíritu Santo habite en nuestros corazones y resplandezca en nuestras obras, - que así permanezcamos en tu amor y en tu alabanza. Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal: Padre nuestro. Oración Envía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.

VÍSPERAS

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador. Tiempo pascual: Que no tiemble vuestro corazón, tan sólo creed en mí. Aleluya. Salmo 61 La paz de Dios Que el Dios de la esperanza colme vuestra fe de paz (Rm 15, 13) Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. ¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre todos juntos, para derribarlo como a una pared que cede o a una tapia ruinosa? Sólo piensan en derribarme de mi altura, y se complacen en la mentira: con la boca bendicen, con el corazón maldicen. Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré. De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón, que Dios es nuestro refugio. Los hombres no son más que un soplo, los nobles son apariencia; todos juntos en la balanza subirían más leves que un soplo. No confiéis en la opresión, no pongáis ilusiones en el robo; y aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa, y dos cosas que he escuchado: «Que Dios tiene el poder y el Señor tiene la gracia; que tú pagas a cada uno según sus obras». Fuera del tiempo pascual: Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro Salvador. Tiempo pascual: Ant. Que no tiemble vuestro corazón, tan sólo creed en mí. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga. Tiempo pascual: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu salvación. Aleluya. Salmo 66 Que todos los pueblos alaben al Señor Sabed que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28) El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia; riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Fuera del tiempo pascual: Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga. Tiempo pascual: Ant. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu salvación. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Por medio de él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en él. Tiempo pascual: Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya. Cántico: Col 1, 12-20 Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. Fuera del tiempo pascual: Ant. Por medio de él fueron creadas todas las cosas, y todo se mantiene en él. Tiempo pascual: Ant. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya LECTURA BREVE: 1 P 5, 5b-7 Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, para dar su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros. RESPONSORIO BREVE R/. Guárdanos, Señor. * Como a las niñas de tus ojos. Guárdanos. V/. A la sombra de tus alas escóndenos. * Como a las niñas de tus ojos. Gloria al Padre. Guárdanos. Magníficat, ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes. PRECES Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe: Multiplica la gracia y la paz, Señor. Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó; - ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como hierba que florece por la mañana, y por la tarde se seca. Alimenta a tu pueblo con el maná, para que no perezca de hambre, - y dale el agua viva, para que nunca más tenga sed. Que tus fieles busquen los bienes de arriba y aspiren a ellos, - y te glorifiquen también con su trabajo y su descanso. Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas, - para que la tierra dé fruto abundante. (o bien: Líbranos, Señor, de todo peligro, - y bendice nuestros hogares [nuestra comunidad]) Que los difuntos puedan contemplar tu faz, - y que nosotros tengamos un día parte en su felicidad. Confiemos nuestras súplicas a Dios, nuestro Padre, terminando esta oración con las palabras que el Señor nos enseñó: Padre nuestro. Oración Oh Dios, tu nombre es santo, y tu misericordia llega a tus fieles de generación en generación; atiende, pues, las súplicas de tu pueblo y haz que pueda proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.