Liturgia de las Horas
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Adviento, III.
Laudes y visperas de 2025-12-16:
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Tiempo pascual: Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya. Salmo 84 Nuestra salvación está cerca Dios bendijo a nuestra tierra cuando le envió el Salvador (Orígenes) Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón». La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo; el Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Tiempo pascual: Ant. Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tiempo pascual: Confiamos en el Señor; él nos ha dado la paz. Aleluya. Cántico: Is 26, 1-4. 7-9. 12 Himno después de la victoria sobre el enemigo La muralla de la ciudad tenía doce basamentos (cf. Ap 21, 14) Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua. La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tiempo pascual: Ant. Confiamos en el Señor; él nos ha dado la paz. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. Tiempo pascual: La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya. Salmo 66 Que todos los pueblos alaben al Señor Sabed que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28) El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Fuera del tiempo ordinario: Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. Tiempo pascual: Ant. La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya. LECTURA BREVE: 1 Jn 4, 14-15 Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. RESPONSORIO BREVE R/. Dios mío, peña mía. * Refugio mío, Dios mío. V/. Mi alcázar, mi libertador. * Refugio mío, Dios mío. Gloria al Padre. Dios mío. Benedictus, ant. El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus profetas. PRECES Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor, de tu pueblo. Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, - y haz que no deje nunca de glorificar tu majestad. Que nunca, Señor, quedemos confundidos - los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, - ya que sin ti no podemos hacer nada. Acuérdate de los pobres y desvalidos; - que el día que hoy empieza les traiga solaz y alegría. Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro. Oración Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado, haz que comencemos este día con ánimo alegre y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: El Señor rodea a su pueblo. Tiempo pascual: Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya. Salmo 124 El Señor vela por su pueblo Paz sobre el Israel de Dios (Ga 6, 16) Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas, y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón; y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel! Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor rodea a su pueblo. Tiempo pascual: Ant. Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Tiempo pascual: Espere Israel en el Señor. Aleluya. Salmo 130 Abandono confiado en los brazos de Dios Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29) Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. Fuera del tiempo pascual: Ant. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Tiempo pascual: Ant. Espere Israel en el Señor. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya. Cántico: Ap 4, 11; 5, 9. 10. 12 Himno de los redimidos Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza. Fuera del tiempo pascual: Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Ant. Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y existió. Aleluya. LECTURA BREVE: Rm 12, 9-12 Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. RESPONSORIO BREVE R/. Tu palabra, Señor, es eterna. * Más estable que el cielo. Tu palabra. V/. Tu fidelidad de generación en generación. * Más estable que el cielo. Gloria al Padre. Tu palabra. Magníficat, ant. Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. PRECES Invoquemos a Dios, que ha infundido la esperanza en nuestros corazones, y digámosle: Tú eres la esperanza de tu pueblo, Señor. Te damos gracias, Señor, porque, en Cristo, tu Hijo, hemos sido enriquecidos en todo: - en el hablar y en el saber. En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; - dales, pues, acierto en sus decisiones, para que te sean gratos en su pensar y obrar. Tú que concedes a los artistas inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, - haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres. Tú que no permites que la prueba supere nuestras fuerzas, - da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos. Tú que, por boca de tu Hijo, nos has prometido la resurrección en el último día, - no te olvides para siempre de los que ya han sido despojados de su cuerpo mortal. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro. Oración Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda, seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
Laudes y visperas de 2025-12-16:
LAUDES
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Tiempo pascual: Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya. Salmo 84 Nuestra salvación está cerca Dios bendijo a nuestra tierra cuando le envió el Salvador (Orígenes) Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón». La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo; el Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Tiempo pascual: Ant. Tú nos devuelves la vida, y tu pueblo, Señor, se alegra contigo. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tiempo pascual: Confiamos en el Señor; él nos ha dado la paz. Aleluya. Cántico: Is 26, 1-4. 7-9. 12 Himno después de la victoria sobre el enemigo La muralla de la ciudad tenía doce basamentos (cf. Ap 21, 14) Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua. La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tiempo pascual: Ant. Confiamos en el Señor; él nos ha dado la paz. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. Tiempo pascual: La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya. Salmo 66 Que todos los pueblos alaben al Señor Sabed que la salvación de Dios se envía a los gentiles (Hch 28, 28) El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Fuera del tiempo ordinario: Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. Tiempo pascual: Ant. La tierra ha dado su fruto: que canten de alegría las naciones. Aleluya. LECTURA BREVE: 1 Jn 4, 14-15 Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. RESPONSORIO BREVE R/. Dios mío, peña mía. * Refugio mío, Dios mío. V/. Mi alcázar, mi libertador. * Refugio mío, Dios mío. Gloria al Padre. Dios mío. Benedictus, ant. El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus profetas. PRECES Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor, de tu pueblo. Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, - y haz que no deje nunca de glorificar tu majestad. Que nunca, Señor, quedemos confundidos - los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, - ya que sin ti no podemos hacer nada. Acuérdate de los pobres y desvalidos; - que el día que hoy empieza les traiga solaz y alegría. Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro. Oración Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado, haz que comencemos este día con ánimo alegre y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
VÍSPERAS
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: El Señor rodea a su pueblo. Tiempo pascual: Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya. Salmo 124 El Señor vela por su pueblo Paz sobre el Israel de Dios (Ga 6, 16) Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas, y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón; y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel! Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor rodea a su pueblo. Tiempo pascual: Ant. Paz a vosotros, soy yo, no temáis. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Tiempo pascual: Espere Israel en el Señor. Aleluya. Salmo 130 Abandono confiado en los brazos de Dios Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29) Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. Fuera del tiempo pascual: Ant. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Tiempo pascual: Ant. Espere Israel en el Señor. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste, y existió. Aleluya. Cántico: Ap 4, 11; 5, 9. 10. 12 Himno de los redimidos Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza. Fuera del tiempo pascual: Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Tiempo pascual: Ant. Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y existió. Aleluya. LECTURA BREVE: Rm 12, 9-12 Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. RESPONSORIO BREVE R/. Tu palabra, Señor, es eterna. * Más estable que el cielo. Tu palabra. V/. Tu fidelidad de generación en generación. * Más estable que el cielo. Gloria al Padre. Tu palabra. Magníficat, ant. Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. PRECES Invoquemos a Dios, que ha infundido la esperanza en nuestros corazones, y digámosle: Tú eres la esperanza de tu pueblo, Señor. Te damos gracias, Señor, porque, en Cristo, tu Hijo, hemos sido enriquecidos en todo: - en el hablar y en el saber. En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; - dales, pues, acierto en sus decisiones, para que te sean gratos en su pensar y obrar. Tú que concedes a los artistas inspiración para plasmar la belleza que de ti procede, - haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres. Tú que no permites que la prueba supere nuestras fuerzas, - da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos. Tú que, por boca de tu Hijo, nos has prometido la resurrección en el último día, - no te olvides para siempre de los que ya han sido despojados de su cuerpo mortal. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro. Oración Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda, seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.



