Liturgia de las Horas
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Pascua, V.
Laudes y visperas de 2025-05-22:
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Tiempo pascual: Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya. Salmo 56 Oración matutina de un afligido Este salmo canta la pasión del Señor (S. Agustín) Misericordia, Dios mío, misericordia, que mi alma se refugia en ti; me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad. Invoco al Dios altísimo, al Dios que hace tanto por mí: desde el cielo me enviará la salvación, confundirá a los que ansían matarme, enviará su gracia y su lealtad. Estoy echado entre leones devoradores de hombres; sus dientes son lanzas y flechas, su lengua es una espada afilada. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. Han tendido una red a mis pasos para que sucumbiera; me han cavado delante una fosa, pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones: por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. Fuera del tiempo pascual: Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Tiempo pascual: Ant. Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor. Tiempo pascual: El Señor redimió a su pueblo. Aleluya. Cántico: Jr 31, 10-14 Felicidad del pueblo redimido Jesús iba a morir... para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11, 51. 52) Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas: «El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como un pastor a su rebaño; porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor: hacia el trigo y el vino y el aceite, y los rebaños de ovejas y de vacas; su alma será como un huerto regado, y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los viejos; convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas; alimentaré a los sacerdotes con enjundia, y mi pueblo se saciará de mis bienes. Fuera del tiempo pascual: Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor. Tiempo pascual: Ant. El Señor redimió a su pueblo. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. + Tiempo pascual: Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya. Salmo 47 Himno a la gloria de Dios en Jerusalén Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén (Ap 21, 10) Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, + su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron para atacarla juntos; pero, al verla, quedaron aterrados y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor y dolores como de parto; como un viento del desierto, que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia: el monte Sión se alegra, las ciudades de Judá se gozan con tus sentencias. Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus torreones; fijaos en sus baluartes, observad sus palacios, para poder decirle a la próxima generación: «Éste es el Señor, nuestro Dios». Él nos guiará por siempre jamás. Fuera del tiempo pascual: Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Tiempo pascual: Ant. Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya. LECTURA BREVE: Is 66, 1-2 Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras». RESPONSORIO BREVE R/. Te invoco de todo corazón. * Respóndeme, Señor. Te invoco. V/. Guardaré tus leyes. * Respóndeme, Señor. Gloria al Padre. Te invoco. Benedictus, ant. Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. PRECES Demos gracias a Cristo, que nos ha dado la luz del día, y supliquémosle, diciendo: Bendícenos y santifícanos, Señor. Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, - acepta los deseos y proyectos de este día. Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día, - sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones. Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean, - para que logremos así ser imágenes de tu bondad. En la mañana haznos escuchar tu gracia, - y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza. Fieles a la recomendación del Salvador, digamos con filial confianza: Padre nuestro. Oración Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Que vive y reina contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Tiempo pascual: Cambiaste mi luto en danzas. Aleluya. Salmo 29 Acción de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre (Casiano) Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro: «No vacilaré jamás». Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza; pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Tiempo pascual: Ant. Cambiaste mi luto en danzas. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Tiempo pascual: Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya. Salmo 31 Acción de gracias de un pecador perdonado David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación prescindiendo de sus obras (Rm 4, 6) Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. - Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Tiempo pascual: Ant. Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Tiempo pascual: ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya. Cántico: Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a El juicio de Dios Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Tiempo pascual: Ant. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya. LECTURA BREVE: 1 P 1, 6-9 Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación. RESPONSORIO BREVE R/. El Señor nos alimentó. * Con flor de harina. El Señor. V/. Nos sació con miel silvestre. * Con flor de harina. Gloria al Padre. El Señor. Magníficat, ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. PRECES Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle: Mira a tus hijos, Señor. Dios de amor, que has hecho alianza con tu pueblo, - haz que recordemos siempre tus maravillas. Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad - y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Haz que siempre edifiquemos la ciudad terrena unidos a ti, - no sea que en vano se cansen los que la construyen. Manda, Señor, trabajadores a tu mies, - para que tu nombre sea conocido en el mundo. A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos - y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino. Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro. Oración Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora empieza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos, otra vez en tu presencia, para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
Laudes y visperas de 2025-05-22:
LAUDES
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Tiempo pascual: Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya. Salmo 56 Oración matutina de un afligido Este salmo canta la pasión del Señor (S. Agustín) Misericordia, Dios mío, misericordia, que mi alma se refugia en ti; me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad. Invoco al Dios altísimo, al Dios que hace tanto por mí: desde el cielo me enviará la salvación, confundirá a los que ansían matarme, enviará su gracia y su lealtad. Estoy echado entre leones devoradores de hombres; sus dientes son lanzas y flechas, su lengua es una espada afilada. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. Han tendido una red a mis pasos para que sucumbiera; me han cavado delante una fosa, pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones: por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. Fuera del tiempo pascual: Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora. Tiempo pascual: Ant. Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor. Tiempo pascual: El Señor redimió a su pueblo. Aleluya. Cántico: Jr 31, 10-14 Felicidad del pueblo redimido Jesús iba a morir... para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11, 51. 52) Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas: «El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como un pastor a su rebaño; porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor: hacia el trigo y el vino y el aceite, y los rebaños de ovejas y de vacas; su alma será como un huerto regado, y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los viejos; convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas; alimentaré a los sacerdotes con enjundia, y mi pueblo se saciará de mis bienes. Fuera del tiempo pascual: Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor. Tiempo pascual: Ant. El Señor redimió a su pueblo. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. + Tiempo pascual: Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya. Salmo 47 Himno a la gloria de Dios en Jerusalén Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén (Ap 21, 10) Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, + su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo, ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron para atacarla juntos; pero, al verla, quedaron aterrados y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor y dolores como de parto; como un viento del desierto, que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia: el monte Sión se alegra, las ciudades de Judá se gozan con tus sentencias. Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus torreones; fijaos en sus baluartes, observad sus palacios, para poder decirle a la próxima generación: «Éste es el Señor, nuestro Dios». Él nos guiará por siempre jamás. Fuera del tiempo pascual: Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Tiempo pascual: Ant. Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya. LECTURA BREVE: Is 66, 1-2 Así dice el Señor: «El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras». RESPONSORIO BREVE R/. Te invoco de todo corazón. * Respóndeme, Señor. Te invoco. V/. Guardaré tus leyes. * Respóndeme, Señor. Gloria al Padre. Te invoco. Benedictus, ant. Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos. PRECES Demos gracias a Cristo, que nos ha dado la luz del día, y supliquémosle, diciendo: Bendícenos y santifícanos, Señor. Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, - acepta los deseos y proyectos de este día. Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día, - sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones. Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean, - para que logremos así ser imágenes de tu bondad. En la mañana haznos escuchar tu gracia, - y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza. Fieles a la recomendación del Salvador, digamos con filial confianza: Padre nuestro. Oración Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Que vive y reina contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
VÍSPERAS
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Tiempo pascual: Cambiaste mi luto en danzas. Aleluya. Salmo 29 Acción de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte Cristo, después de su gloriosa resurrección, da gracias al Padre (Casiano) Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro: «No vacilaré jamás». Tu bondad, Señor, me aseguraba el honor y la fuerza; pero escondiste tu rostro, y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo, o va a proclamar tu lealtad? Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas, me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; te cantará mi alma sin callarse. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre. Tiempo pascual: Ant. Cambiaste mi luto en danzas. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Tiempo pascual: Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya. Salmo 31 Acción de gracias de un pecador perdonado David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación prescindiendo de sus obras (Rm 4, 6) Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. - Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas; al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. Tiempo pascual: Ant. Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Tiempo pascual: ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya. Cántico: Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a El juicio de Dios Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos, los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán. Tiempo pascual: Ant. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya. LECTURA BREVE: 1 P 1, 6-9 Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación. RESPONSORIO BREVE R/. El Señor nos alimentó. * Con flor de harina. El Señor. V/. Nos sació con miel silvestre. * Con flor de harina. Gloria al Padre. El Señor. Magníficat, ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. PRECES Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle: Mira a tus hijos, Señor. Dios de amor, que has hecho alianza con tu pueblo, - haz que recordemos siempre tus maravillas. Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad - y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Haz que siempre edifiquemos la ciudad terrena unidos a ti, - no sea que en vano se cansen los que la construyen. Manda, Señor, trabajadores a tu mies, - para que tu nombre sea conocido en el mundo. A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos - y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino. Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro. Oración Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora empieza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos, otra vez en tu presencia, para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.