11-08-2025 Lunes, XIX semana - tiempo ordinario
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Liturgia de las Horas

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Tiempo ordinario, XIX.
Laudes y visperas de 2025-08-11:

LAUDES

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Dichosos los que viven en tu casa, Señor. Tiempo pascual: Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Aleluya. Salmo 83 Añoranza del templo Aquí no tenemos ciudad permanente, sino que andamos en busca de la futura (Hb 13, 14) ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación: cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones, caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob. Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti! Fuera del tiempo pascual: Ant. Dichosos los que viven en tu casa, Señor. Tiempo pascual: Ant. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Venid, subamos al monte del Señor. Tiempo pascual: Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya. Cántico: Is 2, 2-5 El monte de la casa del Señor en la cima de los montes Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento (Ap 15, 4) Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Fuera del tiempo pascual: Ant. Venid, subamos al monte del Señor. Tiempo pascual: Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Cantad al Señor, bendecid su nombre. Tiempo pascual: Decid a los pueblos: «El Señor es rey». Aleluya. Salmo 95 El Señor, rey y juez del mundo Cantaban un cántico nuevo delante del trono, en presencia del Cordero (cf. Ap 14, 3) Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda; decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. Fuera del tiempo pascual: Ant. Cantad al Señor, bendecid su nombre. Tiempo pascual: Ant. Decid a los pueblos «El Señor es rey». Aleluya. LECTURA BREVE: St 2, 12-13 Hablad y actuad como quienes van a ser juzgados por una ley de libertad, porque el juicio será sin misericordia para el que no practicó la misericordia. La misericordia se ríe del juicio. RESPONSORIO BREVE R/. Bendito sea el Señor. * Ahora y por siempre. Bendito. V/. El único que hace maravillas. * Ahora y por siempre. Gloria al Padre. Bendito. Benedictus, ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro. PRECES Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y pidamos con insistencia: Haz que te glorifiquemos, Señor. Te bendecimos, Señor, creador del universo, - porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy. Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; - haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra. Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, - y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos. A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, - concédenos el gozo y la paz. Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro. Oración Señor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu Ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, alcancemos la salvación ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.

VÍSPERAS

SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia. Tiempo pascual: Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor. Aleluya. Salmo 122 El Señor, esperanza del pueblo Dos ciegos... se pusieron a gritar: «¡Ten compasión de nosotros, Señor, Hijo de David!» (Mt 20, 30) A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. Fuera del tiempo pascual: Ant. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia. Tiempo pascual: Ant. Será el Señor tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Tiempo pascual: La trampa se rompió, y escapamos. Aleluya. Salmo 123 Nuestro auxilio es el nombre del Señor Dijo el Señor a Pablo: «No temas..., que yo estoy contigo» (Hch 18, 9. 10) Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos, tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes; hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Fuera del tiempo pascual: Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Tiempo pascual: Ant. La trampa se rompió, y escapamos. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos. Tiempo pascual: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya. Cántico: Ef 1, 3-10 El Dios salvador Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos. Tiempo pascual: Ant. Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya. LECTURA BREVE: St 4, 11-12 Dejad de denigraros unos a otros, hermanos. Quien denigra a su hermano o juzga a su hermano denigra a la ley y juzga a la ley; y, si juzgas a la ley, ya no la estás cumpliendo, eres su juez. Uno sólo es legislador y juez: el que puede salvar y destruir. ¿Quién eres tú para juzgar al prójimo? RESPONSORIO BREVE R/. Sáname, Señor. * Porque he pecado contra ti. Sáname. V/. Yo dije: Señor, ten misericordia. * Porque he pecado contra ti. Gloria al Padre. Sáname. Magníficat, ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación. PRECES Ya que Cristo quiere que todos los hombres se salven, pidamos confiadamente por toda la humanidad, diciendo: Atrae a todos hacia ti, Señor. Te bendecimos, Señor, a ti que, por tu sangre preciosa, nos has redimido de la esclavitud; - haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, - para que, con gozo y fervor, administren tus misterios. Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad la hallen - y, hallándola, se esfuercen en buscarla con mayor plenitud. Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas, a los que viven abandonados, - para que te sientan cercano y se entreguen más a ti. Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, - donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, lo serás todo para todos. Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro. Oración Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina nuestro espíritu, en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente nuestras faltas. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.