Liturgia de las Horas
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Tiempo ordinario, XXIV.
Laudes y visperas de 2025-09-15:
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor. Tiempo pascual: Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya. Salmo 89 Baje a nosotros la bondad del Señor Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día (2 P 3, 8) Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán.» Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. ¡Cómo nos ha consumido tu cólera y nos ha trastornado tu indignación! Pusiste nuestras culpas ante ti, nuestros secretos ante la luz de tu mirada: y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, y nuestros años se acabaron como un suspiro. Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, quién ha sentido el peso de tu cólera? Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos; por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. Fuera del tiempo pascual: Ant. Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor. Tiempo pascual: Ant. Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Llegue hasta el confín de la tierra la alabanza del Señor. Tiempo pascual: Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya. Cántico: Is 42, 10-16 Cántico nuevo al Dios vencedor y salvador Cantan un cántico nuevo delante del trono de Dios (cf. Ap 14, 3) Cantad al Señor un cántico nuevo, llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; muja el mar y lo que contiene, las costas y sus habitantes; alégrese el desierto con sus tiendas, los cercados que habita Cadar; exulten los habitantes de Petra, clamen desde la cumbre de las montañas; den gloria al Señor, anuncien su alabanza en las costas. El Señor sale como un héroe, excita su ardor como un guerrero, lanza el alarido, mostrándose valiente frente al enemigo. «Desde antiguo guardé silencio, me callaba, aguantaba; como parturienta, grito, jadeo y resuello. Agostaré montes y collados, secaré toda su hierba, convertiré los ríos en yermo, desecaré los estanques; conduciré a los ciegos por el camino que no conocen, los guiaré por senderos que ignoran; ante ellos convertiré la tiniebla en luz, lo escabroso en llano.» Fuera del tiempo pascual: Ant. Llegue hasta el confín de la tierra la alabanza del Señor. Tiempo pascual: Ant. Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor. Tiempo pascual: El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya. Salmo 134, 1-12 Himno a Dios, realizador de maravillas Vosotros sois... un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa (1 P 2, 9) Alabad el nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor, que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno, tañed para su nombre, que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. El Señor todo lo que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte, con los relámpagos desata la lluvia, suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto, desde los hombres hasta los animales. Envió signos y prodigios -en medio de ti, Egipto- contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos, mató a reyes poderosos: a Sijón, rey de los amorreos, a Hog, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad, en heredad a Israel, su pueblo. Fuera del tiempo pascual: Ant. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor. Tiempo pascual: Ant. El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya. LECTURA BREVE: Jdt 8, 21b-23 Recordad cómo fueron probados nuestros padres para ver si verdaderamente servían a su Dios. Recordad cómo fue probado Abrahán, nuestro padre; y, purificado por muchas tribulaciones, llegó a ser amigo de Dios. Del mismo modo, Isaac, Jacob, Moisés y todos los que agradaron a Dios, le permanecieron fieles en medio de muchos padecimientos. RESPONSORIO BREVE R/. Aclamad, justos, al Señor. * Que merece la alabanza de los buenos. Aclamad. V/. Cantadle un cántico nuevo. * Que merece la alabanza de los buenos. Gloria al Padre. Aclamad. Benedictus, ant. Bendito sea el Señor, porque nos ha visitado y redimido. PRECES Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian, acudamos a él, diciendo: Te alabamos, Señor, esperamos en ti. Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste; - continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia. Tú que, con el Padre, sigues actuando siempre en el mundo, - renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu. Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos, - para que podamos contemplar hoy tus maravillas. Ya que nos llamas hoy a tu servicio, - haznos buenos administradores de tu múltiple gracia en favor de nuestros hermanos. Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro. Oración Oh Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio; concédenos hoy que, con tu luz, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Tiempo pascual: El que es de Cristo es una criatura nueva. Aleluya. Salmo 135 Himno pascual Alabar a Dios es narrar sus maravillas (Casiano) I Dad gracias al Señor porque es bueno: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores: porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: porque es eterna su misericordia. Él afianzó sobre las aguas la tierra: porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día: porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: porque es eterna su misericordia. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Tiempo pascual: Ant. El que es de Cristo es una criatura nueva. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. Tiempo pascual: Amemos a Dios, porque él nos amó primero. Aleluya. II Él hirió a Egipto en sus primogénitos: porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país: porque es eterna su misericordia. Con mano poderosa, con brazo extendido: porque es eterna su misericordia. Él dividió en dos partes el mar Rojo: porque es eterna su misericordia. Y condujo por en medio a Israel: porque es eterna su misericordia. Arrojó en el mar Rojo al Faraón: porque es eterna su misericordia. Guió por el desierto a su pueblo: porque es eterna su misericordia. Él hirió a reyes famosos: porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos: porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos: porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán: porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad: porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo: porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación, se acordó de nosotros: porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores: porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios del cielo: porque es eterna su misericordia. Fuera del tiempo pascual: Ant. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. Tiempo pascual: Ant. Amemos a Dios, porque él nos amó primero. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló todas las cosas en Cristo. Tiempo pascual: De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya. Cántico: Ef 1, 3-10 El Dios salvador Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Fuera del tiempo pascual: Ant. Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló todas las cosas en Cristo. Tiempo pascual: Ant. De su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Aleluya. LECTURA BREVE: 1 Ts 3, 12-13 Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. RESPONSORIO BREVE R/. Suba mi oración. * Hasta ti, Señor. Suba. V/. Como incienso en tu presencia. * Hasta ti, Señor. Gloria al Padre. Suba. Magníficat, ant. Proclame siempre mi alma tu grandeza, oh Dios mío. PRECES Llenos de confianza en Jesús, que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémoslo, diciendo: Escúchanos, Dios nuestro. Señor Jesucristo, tú que eres nuestra luz, ilumina a tu Iglesia, - para que predique a los paganos el gran misterio que veneramos, manifestado en la carne. Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia, - y haz que, después de predicar a los otros, sean hallados fieles, ellos también, en tu servicio. Tú que, por tu sangre, diste la paz al mundo, - aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra. Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio, - para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia. Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas, - para que sean contados entre tus santos. Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro. Oración Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque atardece; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza; así, nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
Laudes y visperas de 2025-09-15:
LAUDES
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor. Tiempo pascual: Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya. Salmo 89 Baje a nosotros la bondad del Señor Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día (2 P 3, 8) Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán.» Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. ¡Cómo nos ha consumido tu cólera y nos ha trastornado tu indignación! Pusiste nuestras culpas ante ti, nuestros secretos ante la luz de tu mirada: y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, y nuestros años se acabaron como un suspiro. Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, quién ha sentido el peso de tu cólera? Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos; por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. Fuera del tiempo pascual: Ant. Por la mañana sácianos de tu misericordia, Señor. Tiempo pascual: Ant. Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Llegue hasta el confín de la tierra la alabanza del Señor. Tiempo pascual: Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya. Cántico: Is 42, 10-16 Cántico nuevo al Dios vencedor y salvador Cantan un cántico nuevo delante del trono de Dios (cf. Ap 14, 3) Cantad al Señor un cántico nuevo, llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; muja el mar y lo que contiene, las costas y sus habitantes; alégrese el desierto con sus tiendas, los cercados que habita Cadar; exulten los habitantes de Petra, clamen desde la cumbre de las montañas; den gloria al Señor, anuncien su alabanza en las costas. El Señor sale como un héroe, excita su ardor como un guerrero, lanza el alarido, mostrándose valiente frente al enemigo. «Desde antiguo guardé silencio, me callaba, aguantaba; como parturienta, grito, jadeo y resuello. Agostaré montes y collados, secaré toda su hierba, convertiré los ríos en yermo, desecaré los estanques; conduciré a los ciegos por el camino que no conocen, los guiaré por senderos que ignoran; ante ellos convertiré la tiniebla en luz, lo escabroso en llano.» Fuera del tiempo pascual: Ant. Llegue hasta el confín de la tierra la alabanza del Señor. Tiempo pascual: Ant. Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor. Tiempo pascual: El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya. Salmo 134, 1-12 Himno a Dios, realizador de maravillas Vosotros sois... un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa (1 P 2, 9) Alabad el nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor, que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno, tañed para su nombre, que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. El Señor todo lo que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte, con los relámpagos desata la lluvia, suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto, desde los hombres hasta los animales. Envió signos y prodigios -en medio de ti, Egipto- contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos, mató a reyes poderosos: a Sijón, rey de los amorreos, a Hog, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad, en heredad a Israel, su pueblo. Fuera del tiempo pascual: Ant. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor. Tiempo pascual: Ant. El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya. LECTURA BREVE: Jdt 8, 21b-23 Recordad cómo fueron probados nuestros padres para ver si verdaderamente servían a su Dios. Recordad cómo fue probado Abrahán, nuestro padre; y, purificado por muchas tribulaciones, llegó a ser amigo de Dios. Del mismo modo, Isaac, Jacob, Moisés y todos los que agradaron a Dios, le permanecieron fieles en medio de muchos padecimientos. RESPONSORIO BREVE R/. Aclamad, justos, al Señor. * Que merece la alabanza de los buenos. Aclamad. V/. Cantadle un cántico nuevo. * Que merece la alabanza de los buenos. Gloria al Padre. Aclamad. Benedictus, ant. Bendito sea el Señor, porque nos ha visitado y redimido. PRECES Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian, acudamos a él, diciendo: Te alabamos, Señor, esperamos en ti. Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste; - continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia. Tú que, con el Padre, sigues actuando siempre en el mundo, - renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu. Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos, - para que podamos contemplar hoy tus maravillas. Ya que nos llamas hoy a tu servicio, - haznos buenos administradores de tu múltiple gracia en favor de nuestros hermanos. Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro. Oración Oh Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio; concédenos hoy que, con tu luz, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO Benedictus (Lc 1, 68-79) El Mesías y su Precursor Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.
VÍSPERAS
SALUDO INICIAL V/. Dios mío, ven en mi auxilio. R/. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya)SALMODIA Antífona 1 Fuera del tiempo pascual: Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Tiempo pascual: El que es de Cristo es una criatura nueva. Aleluya. Salmo 135 Himno pascual Alabar a Dios es narrar sus maravillas (Casiano) I Dad gracias al Señor porque es bueno: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Señor de los señores: porque es eterna su misericordia. Sólo él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: porque es eterna su misericordia. Él afianzó sobre las aguas la tierra: porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día: porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: porque es eterna su misericordia. Fuera del tiempo pascual: Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia. Tiempo pascual: Ant. El que es de Cristo es una criatura nueva. Aleluya. Antífona 2 Fuera del tiempo pascual: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. Tiempo pascual: Amemos a Dios, porque él nos amó primero. Aleluya. II Él hirió a Egipto en sus primogénitos: porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país: porque es eterna su misericordia. Con mano poderosa, con brazo extendido: porque es eterna su misericordia. Él dividió en dos partes el mar Rojo: porque es eterna su misericordia. Y condujo por en medio a Israel: porque es eterna su misericordia. Arrojó en el mar Rojo al Faraón: porque es eterna su misericordia. Guió por el desierto a su pueblo: porque es eterna su misericordia. Él hirió a reyes famosos: porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos: porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos: porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán: porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad: porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo: porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación, se acordó de nosotros: porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores: porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente: porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios del cielo: porque es eterna su misericordia. Fuera del tiempo pascual: Ant. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. Tiempo pascual: Ant. Amemos a Dios, porque él nos amó primero. Aleluya. Antífona 3 Fuera del tiempo pascual: Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló todas las cosas en Cristo. Tiempo pascual: De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya. Cántico: Ef 1, 3-10 El Dios salvador Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Fuera del tiempo pascual: Ant. Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló todas las cosas en Cristo. Tiempo pascual: Ant. De su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Aleluya. LECTURA BREVE: 1 Ts 3, 12-13 Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. RESPONSORIO BREVE R/. Suba mi oración. * Hasta ti, Señor. Suba. V/. Como incienso en tu presencia. * Hasta ti, Señor. Gloria al Padre. Suba. Magníficat, ant. Proclame siempre mi alma tu grandeza, oh Dios mío. PRECES Llenos de confianza en Jesús, que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémoslo, diciendo: Escúchanos, Dios nuestro. Señor Jesucristo, tú que eres nuestra luz, ilumina a tu Iglesia, - para que predique a los paganos el gran misterio que veneramos, manifestado en la carne. Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia, - y haz que, después de predicar a los otros, sean hallados fieles, ellos también, en tu servicio. Tú que, por tu sangre, diste la paz al mundo, - aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra. Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio, - para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia. Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas, - para que sean contados entre tus santos. Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro. Oración Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque atardece; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra débil esperanza; así, nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas.
CÁNTICO EVANGÉLICO Magníficat (Lc 1, 46-55) Alegría del alma en el Señor Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre... ORACIÓN CONCLUSIVA Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Padre, pero al final se menciona al Hijo: Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye: V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R/. Amén.