¿Cuándo entraste en la congregación?
En 2009. Viví mis primeros años de formación y vida misionera entre Guatemala y Nicaragua. En 2018 llegué a España para continuar mi formación. Después de cinco años de vida y misión en el barrio de La Ventilla (Madrid), el pasado septiembre me recibió la comunidad del barrio de Otxarkoaga, en Bilbao. En ella he compartido el Terceronado, la última etapa de formación, un tiempo especial de preparación para los Votos Definitivos que hemos realizado un grupo de 4 hermanas ayer, en Berriz.
¿En qué consiste tu servicio en Otxarkoaga?
Es un gran regalo vivir esta experiencia en nuestra comunidad MMB, inserta desde 1962 en este barrio acogedor y diverso. Vivir de cerca la historia recorrida en la parroquia, en distintos proyectos sociales y eclesiales, está siendo una profunda motivación para cultivar mi vocación. Esta etapa de preparación se ha enriquecido al compartir camino en proyectos de la Asociación Bizitegi. Concretamente, en el Centro de Día “Irumineta”, que ofrece distintos servicios para la inserción de personas del mundo de la exclusión, las drogas y la enfermedad mental y, en “Borobiltzen”, que acompaña a mujeres en sus procesos, para dar una respuesta integral y específica a la exclusión residencial desde una perspectiva feminista. Las MMB en Otxarkoaga, también estamos vinculadas al proyecto de Hospitalidad “Red Mambré Sarea” de la Fundación Ellacuria, como comunidad acogedora de mujeres migrantes… Todas estas realidades potencian la cultura del cuidado y del encuentro.
¿Por qué Mercedaria Misionera de Berriz?
Porque confirmo con Alegría Profunda que nuestra vida y misión desde el Carisma Mercedario Liberador, expresa al mundo, en medio de las realidades más frágiles y empobrecidas, lo que el Padre-Madre desea para toda la humanidad y la Creación… Como nos ha inspirado nuestra Fundadora, Margarita López de Maturana, “ser misionera es descubrirle al mundo que hay un Dios que nos ama”. Es mi vida y vocación ser Mercedaria Misionera de Bérriz, Dios me regala raíces y alas junto a este grupo de mujeres que deseamos caminar juntas en fidelidad el Proyecto liberador de Jesús.
¿Qué significa personalmente el paso de ayer?
Significa celebrar la vida desde un Sí confiado y agradecido al amor entrañable que he recibido de Dios. Compartir públicamente mi compromiso desde la opción libre y personal por el seguimiento de Jesús, expresando mi sentido de pertenencia al Instituto de MMB. Este Sí que se arraiga en la certeza de que, desde nuestra vocación es posible colaborar humildemente en el cuidado de la vida en todas sus dimensiones, ahí donde vivimos nuestros votos al compartir nuestro ser y estar.
¿Qué sentido tiene vuestra misión en la sociedad actual?
Creemos en la constante necesidad de escuchar los signos de los tiempos y, desde nuestra comunión como Instituto, buscamos ser signo visible del amor de Dios como respuesta a un mundo atravesado por tantas fracturas. Nuestro Cuarto Voto Mercedario, nos llama a dar la vida para que otras y otros tengan vida, siendo testimonio del poder humanizante del Evangelio. Este es nuestro sentido, vivir la interdependencia en acogida, mutua-hospitalidad e inclusión, sobre todo junto a las personas y realidades más vulneradas, compartiendo y acompañando sus dolores y esperanzas.
El mes pasado habéis tenido el encuentro Internacional del Laicado en tu tierra natal ¿Qué ha supuesto la experiencia?
A Hermanas y Laicado nos une la vocación a vivir el Carisma Liberador MMB y en este Encuentro Internacional lo afianzamos como Familia. Constatamos con alegría que, seguimos haciendo camino en unidad, fortaleciendo las referencias comunitarias y los compromisos desde las distintas opciones de vida.