Desde este santuario de la Virgen de Begoña quiero enviar un saludo fraternal a la diócesis de San Sebastián, con la que nos unen vínculos particulares. Ambas diócesis somos hermanas por dos motivos: Porque formamos todas las diócesis del mundo la Iglesia Católica y porque San Sebastián y Bilbao nacieron simultáneamente por desmembramiento de la Diócesis-Madre de Vitoria. Atraviesa nuestra querida diócesis hermana una situación delicada de que nos hacemos eco ante la Virgen de Begoña en esta Jornada. Pedimos para ella la serenidad y la paz.
Obispo y diócesis, como párroco y parroquia, se van adaptando poco a poco por el conocimiento mutuo, por la cercanía, por la magnanimidad, por el trabajo pastoral compartido. La comunión eclesial es dinámica; esta abierta cada día a mayor hondura y recíproca comprensión; tiene la capacidad de soportar las pruebas y avanzar a nuevos horizontes de esperanza.
Las grandes tareas eclesiales como el servicio de Dios, el anuncio del Evangelio, la transmisión de la fe, la formación constante de la Iglesia como una fraternidad, la irradiación del amor cristiano a la humanidad, especialmente a las personas dolientes en su cuerpo o en su espíritu, nos apremian a todos. La altura de miras nos ayuda a superar los obstáculos. La unidad en la fe y en el amor nos capacita para cumplir más eficazmente la misión confiada.
Estoy convencido de que la colaboración entre nosotros obispos y las diócesis, confiadas a nuestro cuidado pastoral, será en el futuro tan cordial y apostólica como lo ha sido hasta ahora. Desde aquí despido con afecto a D. Juan María, originario de nuestra diócesis que pasará a vivir entre nosotros y doy la bienvenida, con el mismo afecto a D. José Ignacio, que vuelve como obispo a su diócesis de origen. La Iglesia de Dios permanece y nosotros sus hijos y pastores vamos pasando y cedemos el signo de la fe y encargo apostólico a otros. La Virgen, Madre del Señor y Madre de todos los cristianos, nos proteja, nos acompañe en el camino y nos enseñe a mirar con la luz de la fe todos los acontecimientos.
Bilbao, 1 de enero de 2010.
Mons. Ricardo Blázquez.
Obispo de Bilbao.