Hoy comienza en Madrid el evento que conmemorará el 75 aniversario de la JEC (Juventud Estudiante Católica), movimiento apostólico que con una metodología como la de otros movimientos y heredera de las propuestas de J. Cardjin, se acerca a los centros de enseñanza secundaria y superior, así como a las universidades, para hacer presente la Buena Noticia de Jesucristo y a su Iglesia en ese medio.
Y lo hace -explica Pedro Luis Arias, de JEC Bizkaia– «anunciando el proyecto liberador del Reino con palabras y, muy especialmente, con el compromiso militante de sus miembros en el medio estudiantil: en sus órganos de representación, en las asociaciones de estudiantes, en los foros de discusión y debate, …, mediante actos aislados y campañas organizadas que hagan presentes los intereses y necesidades de las personas vulnerables y marginadas en el mundo de la cultura y la investigación. Todo ello alimentado en grupos de vida en los que se cuida la espiritualidad, el acompañamiento, la maduración personal y creyente, el análisis crítico de la realidad, etc.»
En Bizkaia
En nuestra Diócesis su historia es más corta. Nacida en los primeros años 80 del pasado siglo ha contado con militantes hasta hace unas pocas fechas. «Sería bueno conseguir recrearla -señala Pedro Luis Arias– porque EGIA-JEC ha sido escuela de algunos de los militantes cristianos más significativos en nuestra diócesis y fue protagonista principal de los momentos más fecundos de la Pastoral Universitaria en ella, también muy necesitada de revitalización, al menos en los centros y universidad públicos».
Evento conmemorativo
Como preparación de este evento y durante los últimos meses, se ha compartido, a través de canales de comunicación digital, lo que supuso la militancia en este Movimiento para estas personas. Estos medios han animado a reunir aquellos libros, documentos, canciones… que resultaron importantes no sólo para el devenir de la JEC sino para sus propias vidas. Según se desprende de una forma unánime a través de miles de mensajes y de los resultados de la encuesta realizada entre exmilitantes y que se presentará con ocasión de este encuentro, la militancia en la JEC les aportó unos firmes valores y una metodología de aproximación a la realidad muy eficaz para afrontar los problemas en su periodo estudiantil.
Esta impronta de la JEC ha ido más allá de su compromiso en el ámbito religioso y ha resultado decisiva en el resto de su vida social y profesional, como la capacidad de reflexión y autocrítica, gracias a la Revisión de Vida, una mirada contemplativa y comprometida con los desafíos que la vida plantea. De ahí surge la convicción de que la JEC sigue siendo necesaria en un mundo en profundo cambio, donde la igualdad entre hombres y mujeres, el cambio climático o el protagonismo creciente de las nuevas tecnologías plantean retos difíciles a la juventud creyente comprometida.