Cáritas Bizkaia incide en que las personas sin hogar son personas desvinculadas de la sociedad. «Desconectadas. Sin vínculos relacionales que les proporcionen apoyo. Un aislamiento que les hace invisibles y posibilidades de salir de este círculo de pobreza y exclusión social» y que esta realidad, traumática y dolorosa se hace más dura y agresiva en el caso de las mujeres que lo padecen.
¿Cómo podemos ayudarles?
- Compartiendo la red de contactos de cada persona, para dar visibilidad, apoyar e integrar a quienes están y se sienten fuera de todo.
- Con una red de recursos y habilidades que no estigmatice y ofrezca nuevas oportunidades. Vivir conectados nos salva, porque todas las personas, en algún momento, necesitamos de los demás.
- Y nada mejor que una potente red social de apoyo, que reclame sus derechos: protección social, sanitaria y legal, para que las personas vulneradas puedan restaurar la confianza en sus posibilidades, en su esfuerzo y capacidad de superación. Una red que les mire y escuche.
- Todas las personas, comunidad, familia, vecindad, poderes públicos… podemos formar parte de esta red solidaria que les ayude y les haga recuperar su dignidad y sus derechos.