En esta ocasión, Caritas Bizkaia pone el acento en la dificultad que muchas personas y familias tienen en su acceso a la vivienda «dificultad para disponer de ese espacio vital imprescindible para la vida, el hogar donde sentirse seguras, protegidas, en familia, y poder disponer de los recursos mínimos para una vida digna» y defienden que el acceso a una vivienda adecuada no es un privilegio, sino un derecho humano que en nuestro modelo económico está considerado como un bien más de inversión y especulación.
Invitan a la comunidad cristiana a ser una comunidad solidaria, unida (Bat gara -como dice el lema que acompaña a la Diócesis a lo largo de este curso) y alegre, «signo de esperanza para las personas que sufren, creadora de pequeños espacios para pequeños milagros que alteran el final previsible de muchas vidas vulnerables».
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