«Celebrar la vida, lo bueno, la santidad, recordando el llamado a la santidad que Dios hace a todos los católicos» señala Durán. La dinámica tiene como núcleo pedagógico la receta de la santidad, «donde nos centramos en añadir una dosis de fe, una dosis de oración, una dosis esperanza y dos dosis de amor».
Símbolos
Cada familia tendrá durante este curso como referencia el santo o santa que le ha tocado y el porta velas realizado será el símbolo que les ayudará a cuidar la oración. «Estamos en un tiempo en el que el lenguaje y los símbolos son esenciales para la transmisión de la fe». Además creen que se hace cada vez más necesario recuperar y actualizar el significado «manteniéndonos fieles a nuestra tradición. Acogiendo las palabras del Papa Francisco ‘La santidad es un don, es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos reviste de sí mismo, nos hace como Él. La santidad, es el rostro más bello de la Iglesia: es redescubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su vida y de su amor'».