La jornada comenzó con una reflexión sobre la sinodalidad, guiada por Luis Mari Vega, que mostró cómo este concepto «invita a caminar juntos, discernir y actuar en comunión bajo la guía del Espíritu Santo».
En la jornada, se plantearon muchas cuestiones: ¿quiénes somos? ¿Con qué realidad contamos? ¿Qué desafíos y oportunidades de evangelización se nos presentan? «No se trata simplemente de retomar lo que hacíamos antes, sino de mirar con ojos renovados y abrirnos a lo que el Espíritu Santo nos demanda hoy».
El evento contó con la participación de unas sesenta personas: Referentes de las parroquias, miembros de Consejos Parroquiales, de diferentes áreas pastorales, de Cáritas, de movimientos laicales y de colegios. Al final de la reunión, se constituyó el Consejo de la Unidad Pastoral, «marcando un paso importante hacia una mayor colaboración y sinodalidad en nuestra comunidad».
«Nuestro plan -concluyen- es hacer el plan. Ahora es el momento de revisar, evaluar y programar juntos. Partimos de una base sólida y una tradición pastoral consolidada, pero conscientes de la necesidad de adaptarnos a nuevas realidades. Nuestra tarea principal es construir, de manera sinodal, ese plan que nos guiará en los próximos años para que nuestra misión evangelizadora sea más efectiva y fiel al Evangelio».
«Nuestro desafío es caminar juntos, sin prisa pero sin pausa, para trazar ese plan a la luz del Evangelio y en sintonía con el plan de evangelización de nuestra diócesis. El futuro lo construiremos juntos, con la certeza de que el Señor nos acompaña y guía en cada paso».