La estela es muy similar a la de Jainko (Arrieta), pero en mejor estado de conservación, “combina motivos astrales, de tradición indoeuropea, con otros cruciformes que se suponen de carácter indígena”. Un modelo que sólo se ha documentado en Bizkaia, y que algunos investigadores suponen reflejo de un grupo fuertemente cohesionado que ocupaba el espacio entre las rías de Bilbao y Gernika.
Cembellín, destaca la participación del ayuntamiento de Forua y de su alcalde, Mikel Magunazelaia, en este hallazgo. Magunazelaia, en una de sus frecuentes visitas a las obras, retiró un pequeño fragmento de enlucido y descubrió que el dintel de la ventana que tenía ante sus ojos “no era una pieza cualquiera». El director del Museo de Arte Sacro explica que esta estela nos llevará posiblemente al cambio de era, entre el siglo I AC y el I DC “pero es que en el templo se reaprovechan materiales de construcción romanos –recordemos que el asentamiento romano de Forua está muy cerca–, es citado en la documentación del siglo XI y fue reedificado hacia 1500, en estilo tardogótico que hoy reflejan sus puertas, saltos en la historia que podrán ser conectados en un futuro estudio de conjunto. Y que nos hablan de una continuidad de culto en un mismo punto, a pesar de los cambios de religión”.
Por otro lado, la ermita está dedicada a San Cristóbal, santo caminero. Y es que el viejo camino que comunicaba Gernika con Bermeo pasaba por allí. Un camino posiblemente vinculado al comercio en época romana y a la trashumancia ganadera en etapas anteriores.
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