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15.12.2006

El 3 de febrero “MUÉVETE POR LA PAZ”

El gesto diocesano del presente curso apunta a la paz. El momento de esperanza que vive nuestra sociedad ha de traducirse también en compromiso individual y comunitario, por eso la Iglesia de Bizkaia ha escogido el sábado 3 de febrero para realizar este gesto que si el año pasado estuvo orientado a impulsar la lucha contra la pobreza, este año pretende promover la paz.

     El lema escogido es “Zure pausoa, bakerako hauspoa. Muévete por la paz”. Mientras la versión en castellano interpela y anima al movimiento, la versión en euskera indica que es el paso de cada uno el que alimenta, el que da aire y aliento a la paz.

     A la salida de las celebraciones del sábado día 3, en el exterior de seis templos escogidos geográficamente por unidades pastorales, se colocará una pancarta con el lema y se leerá un mensaje sobre el que se está trabajando. Previamente, durante las dos semanas anteriores, se llevará a cabo en sencillo trabajo de concienciación a través de distintos materiales para los distintos grupos parroquiales.

El gesto que se propone pretende ser un signo de esperanza para la sociedad y para la Iglesia diocesana, que esperan la paz desde hace mucho tiempo. Deseábamos vivir las expectativas de paz que se han abierto desde que ETA ha declarado el alto el fuego indefinido. La comunidad cristiana quiere ser consciente del momento presente y desea contribuir a la búsqueda de la paz y a la creación de caminos de reconciliación

     Se quiere subrayar el hecho de que no somos meros espectadores sino protagonistas de una u otra manera. El conflicto violento no es algo externo a la comunidad cristiana, sino que ha afectado también a la Iglesia en sus diversos ámbitos. El camino hacia la paz exige moverse. Es necesario mirar críticamente, sin ingenuidad, al pasado con compasión, al presente con ternura y al futuro con confiada esperanza. Es preciso dar pasos, proseguir tareas e incluso abrir caminos inéditos.

La comunidad cristiana comparte su esperanza con otras gentes, ciudadanas y ciudadanos, grupos y organizaciones. Es compañera de camino de quienes buscan la paz y la reconciliación. En este sentido, el gesto invita a mirar también los pasos de otras personas y quiere animar a sumarse a otras iniciativas y propuestas que se ofrecen en medio de nuestra realidad.

El gesto exterior pretende expresar y motivar el movimiento interior: mirar y dejarnos mirar por el diferente, por las víctimas. La construcción de la paz exige conversión del corazón. Necesitamos mirarnos con los ojos de la fe, para buscar la verdad que libera. También nosotros somos responsables de las cruces y de los heridos de esta historia. Adentrarse por los caminos de la paz, pacifica. Una persona y una comunidad son instrumento de paz y de reconciliación en la medida en que se reconcilian con Dios, entre sí y con los demás.