Hace un par de años, un grupo de alumnos y alumnas de segundo de Primaria, de Txomin Agirre Ikastola, participó en el programa “Aventuras en el Archivo”, -explica la directora del Archivo, Anabella Barroso- visitaron en el archivo, buscaron la partida de bautismo de Txomin Agirre, la leyeron con la actividad “Adivina qué pone aquí”, e incluso se aprendieron que nació el 4 de mayo de 1864 y unos meses después recordaron a la andereño cuándo era el cumpleaños del personaje que daba nombre a su ikastola. Además, -añade Barroso “tomaron parte en el proyecto de ecosistemas para conocer Ondarroa, en el marco de la asignatura compartida de la BAM en la que colaboramos el Archivo y el Museo Diocesanos. Durante 4 horas estos chavales estuvieron junto con dos de sus profesoras en el Archivo, e hicieron realidad el título de nuestro programa educativo ‘Del archivo a las aulas y viceversa’”.
Recuerdos y memoria
“Atrás quedaron esos recuerdos, pero la memoria de la ikastola ha vuelto para siempre al Archivo. Tras el duro momento de cierre, el equipo directivo de la ikastola ha cumplido una de sus últimas obligaciones: depositar 50 metros lineales de documentos que muestran la vida y la historia de 50 años de ikastola en el Archivo Diocesano. Fotografías, actas, notas, videos, audiovisuales… empaquetados y trasladados al Archivo para su conservación permanente”, resalta la directora de la institución diocesana. Recordemos que el Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia fue creado por Monseñor Añoveros en 1976 para recoger y difundir la documentación de las parroquias de Bizkaia.
Tras la creación del Servicio Diocesano de Archivos en 1997, el AHEB-BEHA se ha convertido en la pieza fundamental del Sistema Archivístico Diocesano y recoge la documentación de conservación permanente no solo de las parroquias, sino también de la Curia y de todas las asociaciones, fundaciones y organismos diocesanos. Allí están ya documentos de 219 parroquias y de 70 organismos diocesanos (IDTP, Radio Popular, Bizkaia Irratia, Seminario Diocesano, archivos personales de sacerdotes, Acción Católica de Mujeres, Acción Católica de Hombres) y desde la pasada semana también de Txomin Agirre Ikastola. Anabella Barroso agradece a todas las personas que les ayudan “a conservar, generar y difundir la memoria de nuestra Diócesis”.
