“Los guías de la peregrinación, repiten constantemente eso de dejaros sorprender´ y lo dicen con gran conocimiento porque este es un viaje de
mirar, admirar y dejarse impactar´. Al llegar a Nazaret nos encontramos con una gran ciudad de unos 50.000 habitantes y con uno de los edificios modernos más emblemáticos de Medio Oriente, la Basílica de la Anunciación cuya fachada principal, está realizada con piedras rosas y blancas que contienen escenas de la Anunciación y los cuatro evangelistas. Un edificio cuyo rasgo arquitectónico más característico es su cúpula de 18 metros de diámetro y 55 metros de altura que se abre junto al altar mayor con forma de lirio invertido por donde entra la luz del cielo iluminando tanto la basílica como la cripta. Sorprendente.
En el complejo de la Basílica de la Anunciación se encuentra la iglesia de San José. Ahí es donde presidió ayer la Eucaristía el obispo auxiliar de Bilbao, Mons. Joseba Segura, quien destacó la emoción por vivir aquí esta celebración´ y resaltó la figura de María, una mujer
con una vida sencilla como la de tantos hombres y mujeres, pero que hizo algo y creó todo un mundo, a partir de ese Sí de grandeza, de fortaleza y fidelidad´.
Previamente viajamos hasta Caná de Galilea, donde los matrimonios renovaron sus promesas matrimoniales y la jornada acabó con una visita al Monte Carmelo, cubierto en la antigüedad por viñedos. El día finalizó en el santuario de las Carmelitas Descalzas del s. XIX situado en las laderas del monte Carmelo, el monasterio Stella Maris de Haifa».