Mons. Iceta en su carta para la jornada agradece, de manera especial a las familias de los diáconos “testigos privilegiados de la especial vocación de sus esposos y padres”. El obispo, además, manifiesta “afecto y gratitud por todos y cada uno de los diáconos de nuestra iglesia diocesana, también por aquellos que ahora mismo están preparándose para recibir el ministerio del diaconado”.
Este año el diaconado quiere dedicar esta jornada al recuerdo del diácono San Vicente Mártir y recordar que el diácono “es llamado a proclamar el Evangelio y a predicar la Palabra, a instruir al pueblo de Dios a través de la homilía, la catequesis y en los diversos espacios de transmisión de la palabra”.