¿Cuál ha sido su recorrido misionero?
MI primera experiencia misionera fue en Sierra Leona, allí estuve durante 10 años. Luego, me enviaron a Chad, del 2001 al 2006. Posteriormente me solicitaron ir a Parma (Italia), al cuidado de mis hermanos frailes enfermos y mayores. He estado atendiéndolos durante los últimos años, mientras tanto me he formado en terapia ocupacional. Tras dos años cuidando de mi madre enferma, con la tranquilidad de haberle acompañado hasta el final, voy a Camerún. En Yaundé, en la capital, tenemos una casa de estudiantes de Teología que están formándose para ordenarse frailes. Viviré con ellos y estaré acompañando al cura local que atiende la parroquia.
¿En qué situación vive la ciudadanía en Camerún?
Es un país muy rico, el clima ayuda mucho. La base de la economía es la agricultura y tiene un sector forestal con muchas oportunidades. Sin embargo, sus habitantes tienen un bajo nivel de vida. El oleoducto que une Camerún y Chad ha perjudicado a las poblaciones locales. En la capital y en las zonas rurales la vida es bien diferente. Nuestra comunidad está en los suburbios, donde viven muchos migrantes. Allí contamos con unas cinco comunidades que atienden a las personas más necesitadas.
¿Y la fe predominante?
La mayor parte de los cameruneses son cristianos. En Chad, donde estuve antes, mayoritariamente son musulmanes, pero la parroquia allí es un lugar de encuentro, donde se reúnen muchas familias. Es un sitio con mucha vida, una especie de centro cultural. Un lugar donde se afianza su identidad.
Nada que ver con lo nuestro
Ciertamente. En el Chad, por ejemplo bautizaba a unos 300 niños y niñas al año. Pero aquí tenemos que entender la Iglesia de otra manera porque la situación es otra. El laicado debe cobrar más protagonismo. Se nos hace difícil cambiar las costumbres, pero debemos adecuarnos y hacer las cosas de forma diferente.
¿Contento?
Muy feliz. Me arreglo con el francés y espero poder acompañar de la mejor manera posible. Tengo 65 años, me encuentro en forma y quiero seguir en África mientras me acompañen las fuerzas.