Este curso, el Seminario Diocesano tiene un nuevo equipo formativo, integrado por Ignacio Fernández Méndez, rector; Miguel Vera Artacoz, director de estudios y Manu de las Fuentes, director espiritual. El rector, en su carta para el día del Seminario agradece «la tarea y dedicación» del equipo formativo anterior, «que con tanto cariño y dedicación han formado a nuestros presbíteros recientemente ordenados».
Seminaristas:
Cuatro de los seminaristas están en la 3ª fase, pastoral: David Abrahán Garrido Perero. Diácono. Unidad Pastoral (UP) Meatzalde-Zona minera (Zierbena, Trapagaran, Ortuella, Muskiz y Abanto-Zierbena); Marco Antonio Muñoz Castro. Uribe Kosta; Mario Díaz Bravo. UP San Fausto. Basauri y Gorka Campos Sáez de Lafuente. UP Artagan.
En la 2ª fase, Gaizka Egaña Peña. UP Tabira, Juan Reyero Pontes. UP Tabira y Patxo Ateca Camiruaga. Rekalde.
Más que un lugar
«El Seminario -señala el rector en su mensaje- quiere ser más que un lugar, un ámbito espiritual que favorece y asegura un proceso formativo, de manera que los candidatos puedan llegar a ser, por el sacramento del Orden, una imagen viva de Jesucristo, Buen Pastor. Para ello, las dinámicas de la etapa de la formación inicial brota de las notas características de la formación sacerdotal, a saber, única, integral, comunitaria y misionera, estructurada en cuatro etapas íntimamente coordinadas y entrelazadas, cuyos objetivos se concatenan y dirigen hacia la constante y siempre más profunda configuración del sacerdote con Cristo, Siervo y Pastor».
Ignacio Fernández explica que para realizar esta formación es clave el acompañamiento desde las Unidades Pastorales (UPS) y las parroquias. «Por ello, el agradecimiento a vuestra labor, por el cariño, cercanía y oración hacia los seminaristas».
Mensaje del Obispo
Mons. Joseba Segura, en su mensaje para este día, recuerda que el Seminario Diocesano convoca a los jóvenes que sienten la llamada de Dios a entregar su vida para servir como presbíteros a la comunidad cristiana. «Quiere ser un hogar que ayude a discernir, acoger y hacer fructificar la voluntad del Padre en aquellos a quien el Señor les quiere en este ministerio específico. La vocación no es exclusiva de los presbíteros, ni de los religiosos. Es el sueño de Dios para cada persona, un don que toca a cada cual descubrir y hacer florecer, eso si, con la ayuda de sus hermanos y hermanas, en comunidad».
El obispo de Bilbao, pide una oración «por las vocaciones al ministerio presbiteral, por los seminaristas, por sus formadores y por aquellos jóvenes a los que Dios llama también hoy a este ministerio en Bizkaia». En su mensaje, recuerda que en nuestra Diócesis estamos estrenando un nuevo Plan de Evangelización, elaborado con la participación de muchas personas. Este plan -dice- nos pide en el reto 4 “extender una consistente pastoral vocacional con desarrollos específicos para la vida secular, religiosa y ministerial”. La pastoral vocacional quiere justamente eso: «ayudar a que se escuche mejor la llamada que Dios hace a cada uno. La pastoral vocacional es además una necesidad: necesitamos en nuestra Iglesia personas dispuestas a servir con alegría, anunciando en medio de la gente, la fuerza del amor de Dios que rompe cadenas y nos hace más libres».