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Bizkeliza 5 Caridad y Justicia 5 Concluye el Campo de Trabajo con personas encarceladas en Basauri
02.07.2024

Concluye el Campo de Trabajo con personas encarceladas en Basauri

Durante cuatro días, un grupo de la diócesis de Bilbao ha participado en una experiencia de acercamiento y encuentro con las personas encarceladas de la cárcel de Basauri. "Hemos tratado de hacer lo que Jesús de Nazaret practicó durante su vida: acercarse para mirar a los ojos a personas descartadas y olvidadas por nuestro mundo", señalaba al concluir el Campo de Trabajo, el responsable diocesano de Pastoral Penitenciaria, Roberto Vidal Failde

El grupo ha seguido un itinerario: El primer día entraron en el patio de la cárcel de Basauri, y mediante una actividad deportiva, tuvieron oportunidad de encuentro con algunas de las personas que se acercaron a participar.

El segundo día, en el interior, participaron de un torneo de parchís, que sirvió para conocer otro espacio de la cárcel y a otro grupo de personas privadas de libertad.

Bidesari

El tercer día no entraron en la cárcel, sino que fuera de ella, se encontraron con algunas personas que habiendo estado en la cárcel, ahora se encuentran en los recursos residenciales de la Asociación Bidesari de Pastoral Penitenciaria, dando sus primeros pasos para lograr una incorporación social normalizada. Junto a ellos compartieron juegos de mesa, conversación y finalizaron comiendo juntos.

El cuarto y último día volvieron a entrar en la cárcel para por la mañana dinamizar un taller de pulseras. Por la tarde finalizaron la experiencia, participando juntos de la mesa de la eucaristía.

Pastoral Penitenciaria

Reflexión

Roberto Vidal explica que cada día se dotaron de un tiempo, acompañado por Luis Mari Vega, para reposar, interiorizar y profundizar en todo lo que esta experiencia iba generando en el grupo. «Comenzábamos preguntándonos: ¿Cuál es mi aquí y ahora? ¿Qué elementos de todo lo que han captado nuestros sentidos tienen en este momento un impacto más grande en mí? Predispuestos de esta forma a hacer silencio, nos pusimos a la escucha de la Palabra. Y de ese modo, mirar la realidad y a las personas con los ojos de Jesús».

Un puñado de lecturas estuvieron presentes como un gran mural de fondo durante todo el Campo de Trabajo. «A Dios no le es indiferente el sufrimiento de las personas, de ninguna persona (Ex 3,7-15); el amor, el cuidado y la ternura de Dios no abandonan nunca, aun en la mayor de las oscuridades Dios estará buscando a todas sus criaturas para liberarlas de la angustia, de la tristeza, de la desnudez, de la soledad… (Rm 8,35-39)».

Con el Salmo 142, añade Vidal, «hacíamos nuestro el grito de muchas personas encarceladas y olvidadas hoy. Nadie viene en mi ayuda. No hay nadie que me defienda. No hay nadie que se preocupe de mí”.

«Todavía -concluye- resuena el evangelio del domingo (Mc 5, 21-43) a la tarde comunicándonos que para Jesús no hay nadie tan malo como para no perdonarle y sanarle, Jesús no participa de la indiferencia ante el sufrimiento, ni de las etiquetas y perjuicios que separan y abandonan a tantos seres humanos a su suerte en las cárceles. Personas privadas de libertad y personas voluntarias, todas necesitamos tocar a Jesús para curarnos, para volver a una vida tejida de relaciones de cuidado y sanación. Y cuando parezca demasiado tarde…Él, Jesús, estará ahí, y como a aquella niña del Evangelio, agarrara nuestra mano, y la mano de tantas personas presas, para no dejarlas solas cuando al final del día vuelvan a su celda, a la mayor de las soledades».