Ante la gravedad de la situación actual en Ucrania los asistentes al encuentro elaboraron un manifiesto conjunto de condena de la violencia, «que se opone frontalmente -dicen- al verdadero espíritu de nuestras religiones». Comprometidos de un modo especial con los que sufren, cada denominación aporta valiosos elementos de su religiosidad y espiritualidad en la construcción de una cultura de paz.
Asimismo, a iniciativa de la propuesta realizada por la delegación diocesana de Ecumenismo, la Mesa se comprometió a convocar próximamente una Jornada de solidaridad y oración por Ucrania, abierta al conjunto de la ciudadanía. «La violencia y la barbarie –destacan- requieren una respuesta firme y decidida que nos aleje de sucumbir al miedo y al inmovilismo. Un espacio de convivencia y creatividad que nos vincule con lazos de un amor que nos hace cercanía y compromiso».
Desde el consistorio se destacaba así mismo que desde Bilbao «ciudad intercultural» se quiere mostrar el compromiso de fraternidad y solidaridad con la ciudadanía afectada por la violencia, pedir el cese de la misma en cualquier lugar del mundo «y mostrarnos en disposición para aportar a una sociedad pacífica, reconciliadora e inclusiva».