Esta tarde se celebrará en la Basílica de Begoña el funeral por monseñor Carmelo Echenagusia

Desde las cuatro y media de la tarde de ayer han ido pasando numerosas personas por la capilla ardiente,  instalada en la Casa de Espiritualidad de Begoña,  para rendirle su último adiós. La capilla permanecerá abierta esta mañana desde las 10  hasta las 13 horas y por ella han pasado también numerosas personalidades de la vida pública vasca y vizcaina así como miembros de distintas congregaciones religiosas.
La Basílica de Begoña acoge hoy su funeral como hace 53 años acogió su ordenación sacerdotal o hace 13 la episcopal.  No le ha dado tiempo a disfrutar de la jubilación, apenas acababa de ceder el testigo episcopal en febrero, aunque ya sabía que ni como cura ni como sacerdote  iba a poder jubilarse nunca.  Carmelo Echenagusia no buscó la mitra ni el brillo, sabía bien que los cargos, hoy en día, son cargas y no ridículos honores. Se definió a sí mismo como sensible, tímido y de trato fácil y valoró siempre la sinceridad y la fidelidad entre los amigos como un tesoro inigualable.
Murió ayer a los 76 años de edad, con más de medio siglo de sacerdocio a sus espaldas y 13 años como obispo auxiliar de la Diócesis de Bilbao, y le hubiera gustado más  ser cura de pueblo, de un pueblo parecido a su querida Iurreta natal.