Antes de adoptar la decisión de adelantar un día la Romería, la Cofradía de Begoña realizó algunas consultas, entre ellas -señalaba hoy el presidente de la cofradía Javier Diago, en la Rueda de prensa de presentación- al obispo de Bilbao, que una de las cosas que les dijo fue que “A los santos se les conoce por las vísperas” y ellos decidieron trasladar entonces su acto central de la subida en Romería, a la víspera de la Fiesta Canónica de la Amatxu.
Para todas las edades
El 11 de octubre, desde las 10:00, se abrirá el área infantil, presidida por el Gargantúa, acompañado de varios hinchables. Los más pequeños podrán participar en el certamen “Mi regalo para la Virgen de Begoña”. Esta actividad consiste en hacer un dibujo o escribir un texto dedicado a la Virgen de Begoña. Todos ellos se entregan al final del día al párroco del santuario para ser ofrecidos en la Eucaristía de las 9 de la noche, junto a la ofrenda floral.
Durante todo el día, txistularis y trikitrixas amenizarán el espacio festivo. A las 11.00 habrá un concierto de la Banda Municipal de Bilbao. A las A las 12:00, tendrá lugar la misa mayor en el santuario, presidida por el obispo de Bilbao, Joseba Segura.
Por la tarde, continuará el área infantil y se unirán trikitrixas y grupos de danzas hasta el fin de la jornada. La Romería del 11 de octubre terminará con la misa de las 9 de la noche.
Traje tradicional
La Cofradía de Begoña anima a acudir “vestidos a la manera tradicional vasca, como blusas, baserritarras, hilanderas o arrantzales, preferiblemente de ceremonia”.
En los últimos años han repartido más de 1.200.000 de pañuelos morados, iguales, que sirven para todos los años “Los pañuelos -explican- simbolizan la unidad de todos en la devoción a la Virgen, independientemente de las diferencias de pensamiento entre las más de 80.000 personas que subirán a Begoña ese día”.
Este año se repartirán también 10.000 onzas de chocolate, «lo que recuerda una costumbre de los años 50 del siglo XX, en la que los pequeños que subían a Begoña eran premiados con una onza de chocolate y un kurrusku de pan».