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02.01.2025
Goian Bego!

Ha fallecido Juan Ignacio Vara «Entendió la universidad como tierra de misión»

Iniciamos el año 2025 con una despedida. Ayer, 1 de enero, falleció en Bilbao el presbítero diocesano Juan Ignacio Vara Herrero, a los 86 años de edad. Su funeral tendrá lugar mañana viernes, día 3, a las 17:00 h., en la parroquia de San Vicente Mártir de Abando, en Bilbao.

Juan Ignacio Vara nació en Barakaldo el 12 de agosto de 1938 y fue ordenado presbítero en Comillas, el 29 de junio de 1961. Tras su ordenación le nombraron capellán de las MM. Mercedarias de Markina, junto a quienes estuvo hasta 1963, año en que partió a Ecuador. La mayor parte de su vida religiosa fue como misionero (entre 1963 y 2007).

A su regreso a Bizkaia, en 2007, ejerció como capellán en el hospital de Cruces y, hasta su jubilación, formó parte del equipo presbiteral que atendía las parroquias de El Buen Pastor de Lutxana, Inmaculado Corazón de María de Cruces, La Natividad de Nuestra Señora de Burtzeña, Nuestra señora de la Paz de Cruces, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Zorroza y San José Obrero de Zorroza.

En 2011 cumplió sus Bodas de Oro sacerdotales:

Los últimos años, Juan Ignacio Vara vivió en la residencia sacerdotal de San Vicente, junto con varios compañeros presbíteros. A pesar de que a lo largo de su vida le tocó lidiar con problemas serios de salud, hasta hace unas semanas, que tuvo una caída y posteriormente se fue agravando su estado, él siguió haciendo vida normal y también acudiendo con asiduidad a visitar a su hermana en la residencia Miranda, de Barakaldo.

Se ha ido con paz, conforme, tranquilo, consciente de que partía hacia su último viaje y esbozando una sonrisa, cada vez que reconocía las voces de las personas que acudían a despedirle estos días, durante su ingreso hospitalario.

Un hombre justo

El presbítero Martín Hormaetxe fue una de las personas con las que Juan Ignacio mantuvo una gran amistad hasta el final de sus días. Se conocieron ocasionalmente en Markina, en los años sesenta, poco después de ser ordenados y justo antes de la partida hacia Ecuador, de Juan Ignacio como misionero.

A su regreso, en 2007, Vara fue nombrado capellán del hospital de Cruces “y ahí tuvo una gran dedicación a los niños con cáncer y a sus familias”. En esa época sufrió un ictus y perdió el habla. Oía y entendía, pero se comunicaba con una pizarra. Con mucha fuerza de voluntad logró recuperarse.

Más tarde, Juan Ignacio y Martín coincidieron en las parroquias de Cruces (donde estaba destinado Hormaetxe), Retuerto, etc… “éramos vecinos y compañeros”.

En los últimos años volvieron a coincidir, en esta ocasión en la residencia de San Vicente.

“Siento una gran pena -nos dice Martínteníamos mucho trato, mucha cercanía” y nos pide que destaquemos la bondad de Juan Ignacio en el trato con las personas, así como su capacidad de comprensión hacia la gente. «Fue un hombre justo, un hombre crítico en el sentido bueno de la palabra, que sabía juzgar bien las situaciones de la vida, de la Iglesia y de la sociedad. Era un hombre muy inteligente. Ahora todavía mantenía su ‘parroquia virtual’ a través de las redes. Además, seguía teniendo mucho contacto con Ecuador donde estuvo más de 43 años. Como jubilado se dedicaba mucho a cuidar y visitar a su hermana”.

El profesor amigo

 Ha fallecido Juan Ignacio Vara. Se nos ha ido en poco tiempo quien fuera durante muchos años misionero en Ecuador. Las clases en la Universidad Católica de Guayaquil, los artículos periodísticos semanales en el Expreso, los libros que escribió, sus comentarios al evangelio de cada domingo, sus conferencias y trabajos en diversos foros latinoamericanos son el legado del Juan Ignacio profesor, del intelectual reconocido y del hombre de cátedra.

 Pero, aún reconociendo todo lo anterior, Juan Ignacio Vara ha sido, ante todo, un hombre vocacionado y entregado a la tarea de ayudar a sus alumnos a ser personas con criterio, con mentalidad crítica y con una clara opción por el compromiso socio político como factor transformador de una realidad, que alumbrase un mejor futuro en clave de justicia y libertad para ese país que robó su corazón: Ecuador.

Profesionales, líderes políticos, sindicalistas y hombres y mujeres del ámbito universitario llevan, aún hoy día, el «santo y seña» de lo aprendido en las clases del profesor amigo.

Animado conversador y avispado tertuliano, Juan Ignacio hizo de la procura de misiones en Guayaquil un lugar de encuentro, acogida y debate para quienes llegábamos a aquella casa por diferentes motivos.

Entendió  la universidad como tierra de misión y nos ayudó a ser menos autocomplacientes y más críticos con nuestra tarea misionera.

Gracias, amigo Juan Ignacio. Te recordaremos siempre que Ecuador y misiones sea tema de conversación entre nosotros. Goian bego! Agur eta egun haundira arte!

Xabier Eskauriatza, presbitero diocesano y misionero en Ecuador.

Ecuador en el corazón

Juan Carlos Pinedo, presbítero alavés y misionero en Ecuador durante dos décadas, también tuvo mucha relación con Juan Ignacio.

Pinedo repasa algunos datos de la vida de Juan Ignacio: “Desde 1963 hizo su vida en Ecuador. Primero, en Ambato como profesor del Seminario Intermisional y, luego, por 43 años en Guayaquil, donde fue profesor de la Universidad Católica, residiendo en la Procura de Misiones. Escritor prolífico y muy popular, tiene una multitud de libros, entre los que destaco: ‘Al filo de la palabra’ y ‘La Navidad no es un cuento, es un poema’. Colaborador semanal bíblico en el periódico El Expreso de Guayaquil y en la Revista Los Ríos. Desde que regresó a nuestra tierra, nos ayudaba a reflexionar todas las semanas en Facebook, con sus ’Memories’. Fácil para la comunicación, cercano y ameno, tuvo como referencia a los amigos de Pax Romana, a los compañeros del Grupo Misionero Vasco en Ecuador, a los estudiantes de la Universidad, a los amigos obispos como Leonidas Proaño, Luis Alberto Luna o Pablo Muñoz Vega, a los creadores de las comunidades cristianas de base. Lo despedimos con pena, pero con inmenso agradecimiento a su labor académica y comunicativa desde la fe”.

Juan Ignacio Vara

Nos vemos, ya sabes dónde

Juan Ignacio, ¿dónde estás?

La semana pasada nos despedimos: “Nos vemos, ya sabes dónde”

“Si conocieses este lugar, no tendrías miedo a venir”, me hubiese contestado.

Tuve la suerte de conocerle el 16 de septiembre de 1970, a mi llegada a Ecuador. Fuimos amigos, compañeros de excursiones y en algunos casos confidentes.

Lo mejor de Juan Ignacio era su bondad, su cariño y su ternura, que no escatimaba.

Maite Sáez de Olazagoitia

Muy de corazón y con ternura, como tenía él.

Comunicador

Juan Ignacio Vara tenía una facilidad asombrosa para la escritura y fue un gran comunicador. Sus comentarios a las lecturas litúrgicas y sus textos en general, claros y concisos, eran esperados y muy bien acogidos por la gran cantidad de seguidores que tenía. Escribía muy bien y eso fue algo que mantuvo hasta el final.

Además de en la revista Los Ríos, también colaboró durante un tiempo en nuestra revista diocesana «Alkarren Barri/Comunicación”, así como en otros medios de comunicación. Hombre culto y preocupado por estar al tanto de la actualidad, también fue un buen conversador y usuario asiduo de redes sociales. Reproducimos a continuación las líneas finales de su última publicación en Facebook (4 de diciembre):

… Así que, queridas y queridos, nada de abrazos, que con el brazo descacharrado no se puede, pero sí desde el corazón. Hasta la siguiente, después de corregir los puntos y las comas, que todavía no he encontrado la forma de que la máquina lo haga solita, como decimos por aquí, “agur” que, traducido, sería tanto una palabra cariñosa de despedida como una palabra cariñosa de saludo. Agur, agur a todas-dos.

¡Nos quedamos sin Memories!

juan ignacio vara

Se nos fue el formador de cultura, de espiritualidad, el cultor de la palabra sencilla y por ende poética, el conversador con pajarillos que llegaban al balcón de su residencia de retiro, el cultivador de plantas por esquejes y a las que mimaba en el mismo balcón. Se nos va el abuelo (impersonal) conversador con el Amigo Íntimo y cuyos coloquios, a manera de reflexiones nos compartía en sus «Memories» de Facebook. 

Él se empeñó en la palabra y compromiso de misiones vascas en la docencia; en el Seminario Pío XII, y pienso que la extendió también a su posterior docencia universitaria y cultural, y que fue lema que nos inculcaban en toda reflexión:… «queremos en ustedes formar personas de bien, que estén al servicio de este país que tanto los necesita, y si en ese empeño surge y culmina alguna vocación sacerdotal, nuestra tarea tendrá sentido…» 

juan ignacio vara
Nuestros formadores, creando y cultivando la cultura musical y práctica coral en Ambato. Juan Ignacio es el tercero empezando por la derecha.
juan ignacio vara
A la izquierda, Iñaki Alzueta, derecha, Juan Ignacio Vara. Detrás con gorrita, Roque Santos, el autor de estas líneas.

Y yo, doy fe de ello, su empeño al menos en los del Pío XII, tuvo resultados: Nos hemos esforzado en nuestra parcela de responsabilidades poner en alto ese empeño, en entrañadas actitudes de veracidad, honestidad servicialidad, calidad y calidez en nuestros desempeños.

juan ignacio vara
Grupo de formadores de Pío XII

Su Amigo Íntimo (El Señor) lo reciba con los brazos abiertos. Nosotros, sus pupilos-nietos así se lo pedimos y seguiremos pidiendo en nuestras oraciones al Buen Dios-Todo Amor y Misericordia, que premie la bondad que Juan Ignacio nos sembró en el corazón. 

juan ignacio vara
Roque Santos, junto a Juan Ignacio Vara durante la visita que le hizo en diciembre de 2022.
juan ignacio vara
Otra imagen de la visita

¡Agur abuelo-maestro Juan Ignacio!

Roque Antonio Santos Gilces, Quito (Ecuador).

“La Navidad no es un cuento, es un poema”

Entre otros muchos títulos de su bibliografía, en 2017 publicó este libro, cuyos beneficios fueron destinados a un proyecto de la cooperativa de mujeres “Deme so”, nacida en la Comunidad de Beleko en Mali, con el objetivo de dar continuidad a la labor que OSALDE desarrolló en esa región de Mali“Un amplio programa, -explicaba el propio Vara con la construcción de infraestructuras sanitarias (pozos, huertos, molino, clínica, quirófanos, maternidad, formación, empoderamiento de mujeres, etc.).

Más información: aquí

Reseña del fallecimiento de Juan Ignacio en el periódico ecuatoriano «El Universo»: aquí

Reseña en «Ecuador al día 365»: aquí

Goian bego!

Juan Ignacio Vara, con un ejemplar de su libro "La Navidad no es un cuento, es un poema".