Txomin Altazubiaga, era hermano de Eugenio Altazubiaga, también presbítero diocesano. Nacido en Galdames el 1 de octubre de 1931, fue ordenado sacerdote en la parroquia de San José, de Barakaldo, en el año 1954 y su primer destino pastoral fue el de coadjutor de Ahedo y capellán del Asilo de Soscaño-Carranza (1957-1962) y ecónomo de Biañez y El Buen Suceso (1959-1964). Después pasó 4 años en Ibarrekolanda (1964-1968) y posteriormente 10 años como misionero en Sao Paulo, en Brasil, (1968-1978), donde, además, se licenció en Filosofía y Letras, en Mogi das Cruzes de Brasilen. A su regreso formó parte del equipo presbiteral de Trapaga (1979-1985) y fue delegado del Sector Minero (1980-1984). Su último destino pastoral fue Barakaldo, donde pasó varios años: de 1985 a 2000, como miembro del equipo presbiteral de la parroquia de Santa Teresa y de 2000 a 2006, como vicario parroquial de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza. Actualmente estaba jubilado y vivía en la Residencia Sacerdotal de San Vicente, en Bilbao, donde falleció este sábado, por la tarde.
Un pozo de ciencia con apariencia de despistado
Un compañero presbítero de Txomin le definía ayer como un hombre de una gran inteligencia y una capacidad de retención de datos poco común “se acordaba de todo: datos históricos, personales, de la Iglesia, del mundo… Era un pozo de ciencia, con apariencia de despistado, un auténtico sabio, que leía mucho y mantuvo la lucidez hasta los últimos momentos. Ha ido bajando poco a poco, pero hasta hace seis meses estaba leyendo libros sin parar”. Pastoralmente Txomin desempeñó diversas tareas pastorales y ocupó varios cargos a lo largo de su vida “llevaba todos los asuntos con gran diligencia”, destacan. “En las reuniones –dicen- no era de los que más participaban, pero cuando intervenía lo hacía con criterio y seriedad y aportaba muchas ideas”.
Fue uno de los primeros moradores de la Residencia Sacerdotal San Vicente desde su inauguración y director de la misma durante alrededor de una década. “Era muy bueno con los números y llevaba el cargo con gran responsabilidad”, apuntan y, además, “fue cercano y fiel compañero y se preocupaba mucho por la gente».
Goian bego!