El homenaje que se rindió a Ángel Mari Unzueta, organizado por su familia en Urkiola, fue fiel reflejo de una de las características del carácter del presbítero de Durango: su capacidad para aglutinar en la diversidad. Personas y grupos de diversa procedencia e ideología se dieron cita en la explanada de la entrada al santuario. Tuvo lugar un encuentro guiado por su primo, Anton Mari-Aldekoaotalora, en el que no faltaron la música, los bertsos de Ángel Mari Peñagarikano, las vicisitudes contadas por sus amigos de la `txabola´ en la inconfundible voz de `Eguzki´, los recuerdos de sus hermanas, de su primo, de los files de la primera parroquia. Tampoco faltaron voces y testimonios de otras Diócesis hermanas como la de Marije Gerra o la de Peio Ospital. Fue un acto en el que la emotividad, las risas, las lágrimas o el `Gure Aita´ conjunto, completaron una jornada en memoria del que fuera vicario general de la Diócesis.
El responsable actual de la abadetxea, Félix Moreno, recordó también a los presentes que el próximo 14 de noviembre, primer aniversario del fallecimiento de Unzueta, se celebrará una misa en su memoria, en el santuario, a las 12 h.