La vida del bilbaíno más universal se verá reflejada hoy en el musical “Arrupe, mi silencio” de la mano de Gontzal Mendibil celebrando que, tal día como hoy hace ya cien años, nació Pedro Arrupe en pleno corazón del Casco Viejo. El espectáculo, que cuenta con figuras como Igor yebra, el Orfeón Donostiarra o la orquesta Sinfónica Ludvig, cuenta cómo desde que ingresó en la Compañía de Jesús en 1927, viajó por todo el mundo. En el año 1937, consiguió lo que había ansiado siempre: ser enviado a Japón. Allí estuvo en la cárcel acusado de espía y fue testigo de la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima.
En 1965 fue elegido Prepósito General de la Compañía de Jesús. El día 7 de agosto de 1981 sufrió una hemorragia cerebral; y en 1983 le fue aceptada la renuncia al cargo de Prepósito General, sucediéndole el P. Peter Hnas Kolvenbach quien estuvo ayer en Bilbao una conferencia con motivo del centenario del nacimiento de Arrupe titulada “ Pedro Arrupe: profeta de la renovación conciliar”. Fue su última conferencia en el cargo, ya que piensa presentar su renuncia, con el consentimiento del Papa Benedicto XVI, el próximo año 2008 al cumplir 80 años de edad. Kolvenbach nació en 1928 en Druten, en los Países Bajos, e ingresó en la Compañía de Jesús en el año 1948. Ha pasado la mayor parte de su vida entre Siria, Líbano y Turquía, donde ha ocupado durante 7 años el cargo de Provincial.
En su conferencia Kolvenbach defendió el “fiel compromiso de Arrupe con el concilio Vaticano II en un difícil camino en el que a veces tuvo que marchar solo”. Además, salió al paso de los críticos del jesuita bilbaíno al que “un día le acusaron de excesivo optimismo y de no querer darse cuenta de la realidad que le rodeaba”.
Con el estreno del musical de esta tarde culminan los actos conmemorativos del centenario de nacimiento del Padre Arrupe del cual, en palabras del alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna, “todos tenemos mucho que aprender”.