¿Cómo valoráis el volumen de respuestas de la primera fase?
Ha tenido una acogida importante y se ha recogido mucho material para trabajar y para intentar sintetizar la opinión de la Diócesis. La participación es fundamental, porque no podemos preparar un Plan de Evangelización sin partir de lo que entendemos que es la realidad entre nosotros.
Han respondido casi 300 grupos, repartidos por toda la geografía de Bizkaia y muy heterogéneos.
¿Qué significa esta importante participación?
Que se mantiene el interés. Primero, por conocer qué es lo que está cambiando, qué está ocurriendo entre nosotros en todos los ámbitos y niveles. Segundo, que mantenemos un buen nivel de ilusión para seguir haciendo este instrumento de pastoral de conjunto, que se llama Plan de Evangelización.
Estamos en fase propositiva, ¿hasta el 14 de febrero?
Sí. Esta semana se ha abierto una nueva consulta con un breve cuestionario con algunos puntos que nos parecen interesantes. Por una parte, cuál podría ser el enfoque o la perspectiva o principio inspirador del conjunto del Plan que aglutine todos los objetivos, acciones etc. en una sola intuición de fondo. Por otra parte, se pregunta también si las líneas fuerza con la que concluye esta síntesis son completas o hay que añadir algo más. Se piden también ejemplos de acciones que se podrían proponer para las líneas fuerza. Es un cuestionario más sencillo, pero también muy importante.
¿Qué supone para la Iglesia de Bizkaia disponer de un Plan?
Tener un instrumento común, de pastoral de conjunto que aúne esfuerzos, que los priorice, que de un cuerpo a toda la actividad de la Iglesia de Bizkaia en su diversidad, en su heterogeneidad… En fin, intentar aunar los esfuerzos para no caminar cada uno por su cuenta.
¿Cuáles son los retos que se plantean?
Son muchos. Se reenvían para que de ahí podamos también hacer una re-lectura y una selección. Evidentemente con todos no vamos a poder y tenemos que ver en cuáles vamos a poner más nuestra insistencia en los programas concretos de actuación.
¿Qué destacarías de esta primera fase?
Que la ilusión por la misión no ha desaparecido, a pesar de todas las dificultades y los desafíos que tenemos. También la diversidad dentro de la Iglesia de Bizkaia, que muestra que hay distintas formas de afrontar esa misión y ponernos de acuerdo en trabajar juntos es muy interesante.