Jose Mª Setién presentó ayer su libro “Un obispo vasco ante ETA”

En primer lugar tomó la palabra G .Martinez, que hizo un repaso a la trayectoria tanto intelectual como pastoral de Setién. Recordó que con dieciséis años ingresó en el seminario de Gasteiz  que “tenía una fuerte filosofía sacerdotal, social y misionera, lo cual ya influyó mucho en su persona.”. Su etapa como profesor de Derecho Público Eclesiástico le clarificó además un aspecto que Setién sigue teniendo muy presente hoy en día, “que la fe tiene una importante dimensión pública y  que su mensaje  es el del reconocimiento de la dignidad de la persona”. El secretario general del obispado definió el libro como “un ejercicio de honestidad, que será una gran contribución al debate público con un sentido muy clarificador”.
El abogado Txema Montero, describió al obispo emérito de San  Sebastián como “uno de los intelectuales más vigorosos del panorama europeo que da testimonio de la verdad y la vida para que todos los hombres encuentren en Dios una familia”. Destacó que el libro es “un pensamiento cronológico  individual y colectivo donde se presenta a la iglesia y a ETA como agentes radicalmente contrarios” y lo interesante del epílogo, “que está abierto, es una mirada al futuro con clara vocación de esfuerzo negociador con un alcance mayor que el del diálogo con ETA”.
 Jose Mª Setién tomó la palabra en último lugar para describir su nuevo libro como “un ejercicio de reflexión que me ha dado una sensación de paz y coherencia, me parece interesante que los que dicen cosas de mí sepan lo que yo pienso de mí mismo para que me juzguen con argumentos.” Destacó la  unión político-social como un nexo inseparable ya que “no se puede hacer un juicio de la realidad sin meterse en política, me parecería una frivolidad”. Apostó por el diálogo entre diferentes puntos de vista “porque en toda negociación es admisible que se parta de posicionamientos distintos pero ambas partes deben estar dispuestas a modificar algo, sino, no funcionará”.
 El autor del libro terminó con la  frase de Juan XXIII “la paz debe basarse en justicia, libertad y amor”, que arrancó los aplausos del numeroso público y dio paso a un turno de preguntas que permitió a los asistentes abrir interesantes debates sobre un tema con diversos puntos de vista.