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04.09.2017

La comunidad de Carmelitas Misioneras Teresianas se despide de Begoña

“Queridas hermanas, las palabras ESKERRIK ASKO se quedan cortas para lo que la Diócesis os debe”. Así comenzaba el obispo. mons. Mario Iceta, su homilía en la Eucaristía de despedida de la comunidad de las Carmelitas Misioneras Teresianas (CMT), que ha atendido durante casi tres décadas la Casa de Espiritualidad de Begoña y que concluye su servicio esta semana.

El próximo 26 de octubre hará 29 años que las primeras religiosas de esta comunidad comenzaron su labor en el Centro de Espiritualidad de Begoña. Su actual superiora, Mª Ángeles Ramírez, da las gracias “por todo lo recibido por parte de las personas que se han acercado a esta casa: del Obispado, de la Diócesis y de infinidad de grupos con los que hemos compartido”.
Felisa Zarrabeitia, Esther Barroeta, Juana Basterretxea, Milagros Cuesta, Rosario Herrera y Mª Ángeles Martínez son el grupo de religiosas que han formado la comunidad que ahora se despide y cuyos próximos destinos están en Amorebieta, Irún, Palencia y Zamora.
El Obispo, agradeció ayer a las hermanas su testimonio de servicio “siempre han estado en actitud de ayuda”, dijo. También resaltó que “dedicarse a otras tareas muestra que sois realmente misioneras, porque lo vuestro es la disponibilidad. Sobre todo –añadió- debemos mirar adelante y ver qué nos pide el espíritu Santo, dónde nos quiere llevar. Vuestra disponibilidad nos hace ver que vuestro espíritu es si empre joven, como el Espíritu Santo”.
El vicario general, Félix Alonso, también tuvo unas palabras para las hermanas y para su fundador Francisco Palau “modelo singular y carismático en la espiritualidad cristiana”, resaltó Alonso, quien agradeció a las religiosas su disponibilidad en la atención de un servicio tan importante.
En el acto de ayer, además estuvo presente la Provincial de la Orden, la Hna. Olga Olano, natural de Amorebieta y que, en la actualidad, reside en Madrid, así como varias hermanas de la comunidad de Amorebieta.
A partir de ahora, la Casa de Espiritualidad de Begoña pasará a estar gestionada por los religiosos del Amor Misericordioso. En ella convivirán, de momento, cuatro estudiantes extranjeros y dos presbíteros diocesanos junto a la comunidad de tres miembros del Amor Misericordioso: Carmelo González, Valentín Castaños y Ubaldino Bravo.