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Bizkeliza 5 75 aniversario 5 La diócesis cierra el 75 aniversario proyectándose hacia el futuro
10.11.2025
La catedral custodiará un cofre hasta el centenario

La diócesis cierra el 75 aniversario proyectándose hacia el futuro

El obispo Joseba Segura depositó una carta para ser leída en el centenario de la diócesis, en 2050, durante una misa de clausura que contó con la presencia del cardenal Ricardo Blázquez.

Con una eucaristía cargada de simbolismo y emoción, la diócesis de Bilbao puso ayer el broche final a su 75 aniversario. La catedral de Santiago acogió una celebración multitudinaria presidida por el obispo, Joseba Segura.

La feligresía acudió a la catedral a celebrar la efeméride en comunidad

La misa, concelebrada por los vicarios, el deán de la catedral, miembros del Cabildo y varios presbíteros, contó también con la presencia del cardenal arzobispo emérito de Valladolid Ricardo Blázquez. En una breve intervención recordó con cariño los 15 años que estuvo en Bilbao y agradeció a Dios «por tanto como recibí aquí». Trajo a la memoria a Carmelo Etxenagusia, ya que ayer coincidía el 30 aniversario de su ordenación episcopal. Se refirió a D. Luis María Larrea, cuya sepultura se encuentra en la catedral y, también tuvo un recuerdo a la basílica de Begoña y a la Amatxu.

Un momento de la intervención del cardenal Blázquez

Carta para la feligresía del futuro

El momento culminante llegó al final de la misa. El obispo de Bilbao firmó una carta dirigida a los creyentes de 2050 –en euskera y castellano– y la depositó solemnemente en un cofre situado a los pies de la Virgen de Begoña. Este gesto representó el puente entre el «pasado, el presente y el futuro» del que habló en su homilía.

El cofre y la carpeta con la carta escrita por el obispo

Una cápsula para la historia

Al finalizar la eucaristía el cofre se depositó en la sacristía, donde se guardará la memoria del presente para que se abra en el centenario, dentro de 25 años. La cápsula se custodiará en una vitrina de la sacristía de la catedral.

Dentro del cofre se han incluido varios elementos de la vida diocesana actual y de su historia reciente. Entre los objetos guardados se encuentran, un ejemplar del primer boletín oficial de la diócesis y una copia de la bula de su fundación, Quo commodius. También se ha depositado una réplica de la partida de bautismo más antigua de Bizkaia (año 1500), algunos materiales de los hitos del 75 aniversario con fotografías, vídeos y algunas homilías del obispo.

También se incluyen en la cápsula los ‘sueños’ escritos por la comunidad durante la exposición itinerante Recuerda, Vive, Sueña que recogen la visión de los fieles sobre cómo les gustaría ver a la Iglesia diocesana en los próximos 25 años.

Para garantizar el legado del cofre, se creará una cápsula digital idéntica y una segunda caja física que se depositará en el Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, asegurando que este Jubileo llegue intacto al centenario.

Misa clausura 75 aniversario
El deán depositando el cofre en una vitrina de la sacristía

La exposición que invita a soñar

Precisamente, la exposición itinerante que ha recorrido la mayor parte de las vicarías de la diócesis a lo largo de estos meses y que se pudo visitar por última vez en Markina, está instalada desde ayer en el claustro de la catedral. La muestra recoge hitos fundamentales de la historia diocesana e incluye un panel final en blanco donde la comunidad puede seguir escribiendo sus sueños para el futuro de la Iglesia, completando así esta herencia colectiva.

Expo en la catedral
La exposición se puede visitar en el claustro de la catedral

Una homilía que interpela

En su mensaje, el obispo realizó un llamamiento a no refugiarse en la nostalgia. «El mundo de 1950 no existe. Aquella sociedad vasca donde nacía nuestra Diócesis ha desaparecido. Los cambios han sido sísmicos. Por eso no podemos ser Iglesia de museo. Ni de nostalgia. El Espíritu no habita en el pasado».

Inspirándose en la visión de Ezequiel del agua que mana del templo, animó a la comunidad a «fluir hacia donde hay sed» y a no esconderse «tras las piedras de nuestros edificios«, porque esa agua «somos nosotros».

Frente a la tentación de identificar la Iglesia con sus estructuras, el obispo quiso poner el acento en las personas. «La Iglesia diocesana no es la catedral. No es el obispado. La Iglesia es esta asamblea viva, este pueblo peregrino«. Y lo ilustró con ejemplos concretos de fieles anónimos que, con su vida, «construyeron lo que hemos recibido».

Símbolos de un año en comunidad

La liturgia, acompañada por la Capilla de Música de la Catedral, integró otros símbolos del año jubilar. En las ofrendas, junto al pan y el vino, se presentó una planta que brotó del kit de la paz-bakea erein repartidas en la feria del BEC Eleizea Plazara.

Al finalizar, y como gesto de envío misionero vinculado al Jubileo Universal de 2025, cada participante recibió un símbolo del ancla, representando la esperanza que «no defrauda«, lema del aniversario.

El broche final a un año de celebraciones, que incluyó hitos como la feria o la BizkaiBIra, no ha sido un punto y final, sino un «punto y seguido«. Como concluyó el obispo: «Demos gracias por el camino recorrido. Y abramos el corazón al futuro que Dios ya está escribiendo. Confiamos en lo que Dios irá haciendo con esta Iglesia».

Con este espíritu de sinodalidad y confianza, la diócesis de Bilbao cierra un capítulo de su historia y se abre a escribir el siguiente, con la convicción de que, guiada por el Espíritu, seguirá siendo una «Iglesia peregrina. Iglesia débil, pero, al mismo tiempo, viva y con futuro».

El cofre estará en la vitrina de la sacristía hasta que se abra en 2050
El obispo firmando la carta escrita para que se lea dentro de 25 años