La Jornada Mundial de los Pobres y el Gesto Diocesano de Solidaridad van de la mano también este año. Se concretarán ambas citas los días 13 y 14 de noviembre en las parroquias y diversas comunidades cristianas de Bizkaia.
La propuesta concreta elaborada desde la Diócesis de Bilbao pretende «acercarse, implicarse, tomar partido y ponerse al servicio de las personas más pobres». Con este objetivo, se invita a que se encuentren en el entorno personas que puedan ofrecer su testimonio o se de a conocer la labor que realiza la Cáritas parroquial u otras realidades de Caridad y Justicia.
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Una cita especial en Arratia
El sábado 13 de noviembre, el frontón de Dima acogerá el Festival del V. Día de los Pobres, en el, que más de 50 artistas “Km.0” unirán arte y solidaridad en el frontón de Dima, a parir de las 18:30. Poco a poco, se van conociendo los detalles y concretando el programa del Festival, así como los premios del sorteo solidario. Actuarán los bertsolaris Ibon Iza y Xabier Etxebarria, la cantante Bihotz Gorospe, el Coro de Dima, actuación musical, teatro musical y el grupo de baile EALE. Para finalizar se obsequiará un chocolate caliente a todos los asistentes.
Cáritas Arratia ha difundido que el tema de la Pobreza no es sólo un problema de los feligreses o creyentes, sino que debería ser responsabilidad de todos los ciudadanos. Por ello, un año más, el Día de los Pobres propone una nueva acción a los ciudadanos solidarios de Arratia, uniendo la fiesta y el compromiso por una sociedad más justa.
Es el quinto año consecutivo que se celebra esta jornada en Arratia. Si los tres primeros años se han celebrado en Igorre, el año pasado culminó en Zeanuri y este año será en Dima. En 2020 se recaudaron más de 9.000 euros, destinados para ayudar a las dos residencias de jóvenes extranjeros no acompañados ubicadas en Arratia, una en Bedia y la otra en Areatza. El dinero recaudado este año irá a favor del programa Elurra que se asienta en el barrio bilbaíno de Rekalde. Esta iniciativa ayuda a madres de familias monoparentales y de bajos recursos en su formación para obtener trabajo y su inserción social. Este programa lleva funcionando más de 30 años y colabora, cada trimestre con unas 300 personas. El voluntariado y su trabajo son necesarios para no interrumpir la marcha de este programa.