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04.06.2009

“La pastoral familiar es cada vez más misionera”

La pastoral familiar es una acción pastoral que, los últimos años, ha tenido un impulso fuerte tanto en nuestra diócesis como en toda la Iglesia. En nuestra diócesis, el Secretariado Diocesano de Pastoral Familiar, cuenta con Iñaki Etxebarria y Amaia Sáez de Lafuente como matrimonio director y con un conjunto de laicos y laicas que, tanto desde el voluntariado como desde la liberación, colaboran en el funcionamiento de este secretariado. Hoy hablamos con Iñaki para conocer la realidad y tarea de este secretariado y de la pastoral de la que se ocupa.

Mañana sábado, es un día de fiesta para la pastoral familiar de Bizkaia, ¿en qué consiste?
Es un encuentro que ya hemos realizado en tres ocasiones y que quiere ser un espacio fundamentalmente oracional y lúdico. Un espacio donde agentes de pastoral familiar y sus familias, así como todas las personas y familias que están en procesos de acompañamiento, puedan compartir oración, reflexión y fiesta.
En este día, que celebraremos en el colegio de los jesuitas de Durango a partir de las 10 de la mañana, nos acompañará el obispo, monseñor Blázquez, que presidirá la eucaristía además de participar del resto del encuentro. También contaremos con la presencia de Mari Patxi Ayerra, una abuela con una capacidad de comunicación grande, que nos hablará a partir de la pregunta ¿qué pinta Dios en nuestra familia en un mundo con tantos dioses? También tendremos comida popular y la posibilidad de una visita turística por Durango. En definitiva, un día de fiesta al que invitamos a todos.
¿Qué es la pastoral familiar?
Es una pastoral que se tiene que dedicar al mundo de la familia, citando a Juan Pablo II, como sujeto y objeto de la acción evangelizadora. Además, es una pastoral que ha tenido su evolución a lo largo de los años. Comenzó centrándose en todo lo relacionado con la pastoral de preparación al matrimonio y ha ido incorporando todo lo que tiene que ver con acogida a novios, a padres que solicitan el Bautismo para los hijos, la preparación a este sacramento, las escuelas de padres, los procesos post matrimoniales y postbautismales o el Proyecto 0-6 años.
Muy poco a poco, se va pasando de una pastoral más centrada en lo sacramental a otra con un carácter más misionero. Y es que se va comprobando que es una vía de acercamiento a quienes están fuera de la comunidad eclesial.
¿Cuál es la realidad de Pastoral Familiar en nuestra diócesis?
Muy diversa y plural. Hay núcleos como la experiencia vicarial de la cuarta y quinta vicarías, que son muy fuertes desde el punto de vista de la organización y del recorrido realizado. Es una experiencia que comprende 10 sectores, cada uno con su responsable, con una mesa vicarial de pastoral familiar y con una persona que acompaña e impulsa esta pastoral en aquella zona. Habiendo otras experiencias organizadas como las de Autonomía-Indautxu, el Casco Viejo o Santurtzi, es cierto que hay otras realidades en nuestra diócesis que la experiencia se centra en una única dimensión de esta pastoral como puede ser la preparación al matrimonio o al bautismo.
En esa diversidad, lo que vamos intentando que sea más común es que frente a la demanda de sacramentos que vienen pidiendo los que se acercan a nuestras parroquias o frente a la idea del “cursillo”, les ofrezcamos procesos, experiencias novedosas y acogedoras. Y vamos viendo que, haciéndolo así, la respuesta de la gente es, en general, positiva porque se sorprenden por la iglesia que se encuentran en la comunidad concreta a la que se acercan.
¿Qué puede aportar el Secretariado de Pastoral Familiar a esa realidad?
El secretariado de familia lo que puede aportar es la voluntad de coordinar e interconectar las distintas experiencias que se van dando en nuestra diócesis. Y de esta forma, pasar a una estructura de red en la que la diversidad de experiencias, recogidas y puestas en disposición de ser compartidas, conocidas y, en casos de ser convenientes a nuestra realidad, aplicadas, de tal forma que nos favorezcan a todos los que vamos colaborando en esta acción pastoral. Además, desde el secretariado, desde la reflexión compartida entre los agentes de pastoral familiar, podemos ir descubriendo nuevas áreas en las que incidir como pueden ser, por ejemplo, la de los matrimonios de personas cristianas divorciadas y vueltas a casar que es una realidad que necesita de acogida, de cercanía.
 
Y otro aspecto fundamental que queremos que el Secretariado de Pastoral Familiar pueda aportar es el del acompañamiento a los agentes de esta pastoral en los distintos territorios de nuestra diócesis, para que estas personas puedan sentirse acompañadas y que forman parte de una acción que es  compartida con otros muchos, de un proyecto más amplio.
¿Qué objetivos se marca este secretariado para los próximos cursos?
Partimos de un balance positivo del presente curso. Pero hay que tener en cuenta que el trabajo del tercer Plan Diocesano de Evangelización ha sido duro para este secretariado, ya que se han abierto muchos campos de actuación. Son aspectos que tienen que ver con la realidad de familias desestructuradas o la experiencia de Lagungo, por citar algunas. Todos esos nuevos campos necesitan ser asentados, mimados y favorecer su extensión. Asumimos que, como a muchos otros, nos toca sembrar para que otros recojan.
Para ello contemos con un nuevo plan estratégico y una estructura recientemente remodelada, con varias mesas de trabajo abiertas a la participación y que tocan diversos aspectos como pueden ser el de los procesos socio-afectivos, la mesa educativa, la relativa a la dimensión social de la familia y la de acompañamiento a los agentes. Son espacios en los que cada persona que trabaja en esta pastoral puede participar.
¿Qué se demanda a las comunidades y a los responsables pastorales desde el SPF?
Pedimos que nos pidan, que nos digan lo que necesitan. Nosotros queremos estar al tanto de lo que en cada territorio se demande para poder dar respuesta. Pero siempre asumiendo que los protagonistas, la mano de obra en el territorio, son ellos. 
Por otro lado, a los responsables pastorales, les pedimos que favorezcan e impulsen los envíos y encomiendas de personas para esta acción pastoral, para que no sean francotiradores sino personas reconocidas por la comunidad y que favorezca la propia vocación laical de esos agentes.