Las carmelitas llegaron a Durango en 1939, cuando la situación creada por la Guerra Civil obligó a salir a la comunidad de Cuerva (Toledo). En un primer momento alquilaron un chalet, pero en pocos años se tomó la decisión de llevar a cabo una nueva fundación. Tras la guerra, algunas monjas volvieron a su lugar de origen y un pequeño grupo fundó el actual monasterio con su iglesia en 1945. Las décadas de los 50 y 60 marcaron el auge en lo referente a las vocaciones. La Superiora Natividad Matías, natural de Bilbao, recuerda cómo en esos años salieron 10 para la fundación de Cabretón (La Rioja), algo inusual, ya que las aportaciones a nuevas fundaciones solían ser menos numerosas. Luego se inició un declive imparable que ha llevado a adoptar la decisión de cerrar el monasterio.
En la etapa final, la comunidad ha estado compuesta por seis monjas, que ahora se incorporarán a los monasterios de Zaldibar, Hondarribia, Donamaría, Olza y Oporto. Previsiblemente estarán en su nuevo destino para la celebración de la fiesta de Santa Teresa (15 de octubre). Hace poco más de un mes otras dos monjas se trasladaron ya a los Carmelos de Hondarribia y Ruiloba. Al igual que en otros casos, el número cada vez más reducido de integrantes de la comunidad, unido a su elevada media de edad, ha sido el factor determinante de la salida.
08.09.2009
Las Carmelitas Descalzas se despiden de Durango
El próximo 27 de septiembre, una eucaristía presidida por nuestro Obispo, mons. Ricardo Blázquez, pondrá término a la presencia de la comunidad de Carmelitas Descalzas en Durango, tras 70 años de presencia en la villa. Se da el caso de que el año 2009 han dejado Durango dos comunidades contemplativas, ya que en febrero, se despidieron las agustinas del monasterio de Santa Susana. Hace unos años salieron las salesas, lo cual hace que la presencia de órdenes contemplativas en la villa quede reducida a las clarisas del monasterio de San Antonio.
