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16.07.2009

“Las necesidades de las personas no cogen vacaciones”

Ana Sofía Telletxea es Trabajadora Social y responsable del programa de Acción Social de base de Cáritas Bizkaia desde hace 12 años. Esta bermeotarra afincada en Bilbao ha pasado, junto a otros compañeros, muchos veranos atendiendo a las personas que, mientras otros disfrutamos de unos días de descanso, se ven sumidas en situaciones de dificultad graves. Situaciones a las que Cáritas quiere responder, también en verano.

¿Cáritas se va de vacaciones?
Cáritas está prácticamente los 365 días del año abierta. Es cierto que, en verano, la actividad no es tan intensa y tan amplia como el resto del año pero no se para. Aunque cada programa funciona y se organiza de distinta manera, Cáritas mantiene sus puertas abiertas. Nada de vacaciones.
¿Qué servicios están permanentemente abiertos?
Sobre todo aquellos que tienen un carácter residencial como son, por ejemplo, los pisos de acogida, de reinserción de drogas, de menores tutelados, Hontza, el servicio para mayores, Egunon Etxea, entre otros, permanecen abiertos. También los servicios generales y aquí, en Ribera, el Servicio Social de guardia cuya área fundamental es atender a las personas que vienen, entrevistarles para conocer su necesidad, informarles de los pasos a dar y, en caso necesario, derivarlos donde sea oportuno.
En los territorios, los equipos de acogida, bien en julio bien en agosto, uno de los dos meses, se suele cerrar. En caso de haber situaciones que necesitan intervención en alguno de los meses en los que la Cáritas del territorio está cerrada, desde el territorio se deriva a esas personas a la central de Ribera y aquí les atendemos.
¿Cuantas personas quedáis «de guardia» en Cáritas?
Además de las personas trabajadoras y voluntarias de los pisos y de otros programas de carácter residencial, en el Servicio Social de guardia nos solemos quedar 2 personas acogiendo a quienes vienen y tres o cuatro trabajadores sociales en la “trastienda” para atenderles. El “horario de verano” comprende del 15 de julio al 15 de septiembre en el que solo atendemos durante las mañanas.
También hay personas que, en este tiempo de verano, es cuando pueden dedicar más tiempo a una tarea voluntaria en Cáritas. Eso se nota, por ejemplo, en las personas que colaboran con el programa de infancia que, en este tiempo, tiene colonias urbanas y necesita de monitorado.
¿Cambia la demanda en número o en tipo de peticiones?
Ni cambia el tipo de demanda ni baja mucho, aunque es verdad que es un tiempo diferente. Por ejemplo, abrir a las ocho de la mañana en fiestas de Bilbao, en un Arenal lleno de txosnas, con “gautxoris” y los restos de la fiesta de la noche todavía por la calle y, al mismo tiempo, acogiendo a personas en situación de dificultades graves es algo chocante y a veces frustrante. Por ejemplo, un verano, en plena Aste Nagusia, nos encontramos con una familia desahuciada y que tiene que vivir en la garita del portero de un portal. A pesar de mirar en mil sitios, no había manera de encontrarles alojamiento porque estaban todas las pensiones llenas esa semana. Y así, mientras fuera sigue la fiesta, aquí teníamos una familia que se había quedado sin casa y que acudía a Ribera cada mañana. Las situaciones de dificultad no paran en agosto. Las necesidades de las personas no cogen vacaciones, y, nosotros tampoco.