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31.03.2010

Los cristianos de Tierra Santa, custodios del “origen del Cristianismo”

El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Leonardo Sandri, ha enviado a los obispos de todas las diócesis del mundo, la carta que reproducimos a continuación, para la colecta especial de Viernes Santo, que hoy se celebra, a favor de los cristianos de tierra Santa.

“Con la preparación para la Pascua del Señor se renueva la llamada a los Pastores de la Iglesia universal para que sostengan a la Tierra Santa, ofreciendo la oración, la participación vigilante y la concreción de la generosidad.
En el «nosotros» de la Iglesia encuentra motivación la sensibilidad por las necesidades de la Iglesia de Jerusalén y de Medio Oriente. Sensibilidad que se hace ayuda, como la enviada a los hermanos de la Judea (Hech. 11,29-30); recuerdo, como la invitación de San Pablo en la Carta a los Gálatas (2,10); y colecta, que responde a precisas indicaciones prácticas (1 Cor. 16,1-6) y ha sido definida gracia de tomar parte en el servicio a favor de los santos (2 Cor. 8-9 y Rm. 15).
Este año nuestra llamada se inspira en la peregrinación realizada «sobre las huellas históricas de Jesús» por el Santo Padre Benedicto XVI en el pasado mes de mayo.
Tuve el honor de acompañarlo y de compartir el ansia pastoral, ecuménica e interreligiosa que animaron sus palabras y sus gestos.
Junto a la comunidad eclesial de Israel y Palestina escuché «una voz» de fraternidad y de paz.
Subrayando fuertemente el problema incesante de la emigración, Su Santidad recordó que «¡en Tierra Santa hay lugar para todos!». Exhortó a las autoridades a sostener la presencia cristiana, y al mismo tiempo aseguró a los cristianos de aquella Tierra la solidaridad de la Iglesia.
En la santa Misa en Belén, Su Santidad animó a los bautizados a ser «un puente de diálogo y colaboración constructiva en la edificación de una cultura de paz que supere la actual situación estancada de miedo, agresión y frustración», a fin de que las Iglesias locales sean «laboratorios de diálogo, tolerancia y esperanza, así como de solidaridad y de caridad práctica».
El año sacerdotal insta a los queridísimos sacerdotes y seminaristas de toda la Iglesia, junto a sus respectivos Obispos, a favor de los Lugares Sagrados. Volvemos por ello con el corazón al Cenáculo de Jerusalén, donde nuestro Maestro y Señor «nos amó hasta el fin», a aquel lugar donde los Apóstoles con la Santa Madre del Crucificado Resucitado vivieron el primer Pentecostés. Creemos firmemente en el «fuego nunca apagado» del Espíritu Santo, que el Viviente efunde con abundancia. Y prodiguémonos incansablemente para garantizar un futuro a los cristianos allí donde aparecieron «la benignidad y la humanidad» de nuestro Dios y Padre.
El Papa ha confiado a la Congregación para las Iglesias Orientales el encargo de mantener vivo el interés por aquella Tierra bendita. En su Nombre exhorto para que se confirme la solidaridad mostrada hasta ahora. Los cristianos de Oriente tienen, en efecto, una responsabilidad que lo es de la Iglesia universal, la de custodiar los «orígenes cristianos», los lugares y las personas que de ellos son signos, para que estos orígenes sean siempre la referencia de la misión cristiana, la medida del futuro eclesial y su seguridad. Por tanto, merecen el apoyo de toda la Iglesia.
Adjunto un documento informativo, que ilustra las obras realizadas por la Custodia de la Tierra Santa con la Colecta 2009. Y recuerdo que diversas intervenciones pueden ser realizadas por el Patriarcado Latino de Jerusalén y por las Iglesias Orientales Católicas en Israel y Palestina sólo gracias a la Colecta anual.
Pido al Señor para que recompense abundantemente a cuantos aman la Tierra donde Él nació: ella, gracias a la «Iglesia viva y joven» que allí actúa, debe mantenerse como la testigo por los siglos de las grandes obras de la salvación.
En comunión con los Pastores y los cristianos de Tierra Santa, deseo a todos una Pascua llena de las bendiciones divinas”.