Con el objetivo de realizar un somero recorrido en torno a algunas de las acciones que se han promovido desde la Iglesia de Bizkaia en cuestiones relativas a la paz y la reconciliación, la revista diocesana reunió en el seminario diocesano de Bilbao a Mons. Mario Iceta y Mons. Juan María Uriarte.
A lo largo del diálogo, el obispo emérito de San Sebastián recuerda diversos episodios en torno al tema, como la visita que realizaron los prelados vascos al presidente del Gobierno Adolfo Suárez, pidiendo la amnistía total o su intervención en un “encuentro máximo” solicitado por el Gobierno y ETA.
A la cuestión planteada por el vicario general sobre las acciones por las que se siente más satisfecho en su recorrido, Mons. Uriarte destaca tres: El haber contribuido “con otros” a que fuera gestándose “ese deseo de paz y esa resistencia moral ante ETA y sus asesinatos”; haber tenido contactos “con todos los partidos políticos” en orden a la pacificación y haber realizado “gestiones discretas para acercar posiciones”.
El obispo de Bilbao, por su parte, se retrotrae a algunos recuerdos de su juventud, cuando siendo sacerdote en Córdoba, venía a Gernika a visitar a su familia y sus amigos, con la sensación de que “la situación de violencia y terrorismo tenía atenazada a la sociedad”.
En la conversación, Mons. Iceta se refiere al tiempo presente que “se vive con un alivio profundo” y en el que la reconciliación “requiere de unos previos muy importantes” recogidos en las Cartas Pastorales de los obispos precedentes, donde “se nos habla de que la paz se asienta en una verdad, en una justicia y, por tanto: en un reconocimiento del daño que se ha hecho”. En esta cuestión Mons. Uriarte señala que, “una sociedad donde las injusticias quedan impunes es una sociedad que se va deteriorando y destruyendo a sí misma”.
Retos
En relación al papel que debe tener la Iglesia sobre este tema en la sociedad secularizada, el obispo de Bilbao considera que “no somos un agente político más” y como seguidores de Jesús hablar de paz y reconciliación “es mucho más que hablar de convivencia”. En este sentido, una de las tareas de la Iglesia de Bizkaia es la de “ofrecer acompañamiento”, tanto a las víctimas como a quién hizo mal. “Esa es la clave de nuestra pastoral penitenciaria”, concluye.