Comienza su testimonio de vida y fe con una frase rotunda y reconoce que “un maldito agujero negro” en su cabeza le llevó a la destrucción de su familia, entorno y de su propia vida. “Todavía después de casi 5 años no logro una respuesta a mi sinrazón”, sentencia.
El manuscrito muestra una visión esperanzadora de su situación, ya que “pasados los momentos débiles”, poco a poco ha vuelto a reconciliarse con Dios.
Esta persona privada de libertad señala que en la cárcel “nadie dice creer” y, sin embargo, en casi todas las celdas, “en un lugar privilegiado”, hay imágenes de Jesús y de la Virgen, “así como algún santo”.
En su carta agradece la “labor abnegada” de voluntarios y clérigos en favor de los presos que es “como una bocanada de aire fresco que oxigena nuestra mente y nos da vitalidad”.
Campo de trabajo en la cárcel
Pastoral Penitenciaria ha abierto el plazo para apuntarse al campo de trabajo que tendrá lugar del 30 de abril al 3 de mayo en la prisión de Basauri.
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