Mons. Segura ha hablado de la «capacidad de entusiasmar», del «poder para sanar» y «expulsar demonios» que tenía «ese hombre bueno» que en un primer vistazo «fracasó». Y ha añadido que, al igual que Jesús, muchas mujeres y hombres buenos han sufrido «marginación, rechazo y violencia«. Personas con valiosas propuestas y ejemplos de vida «que, en un primer vistazo, desaparecieron sin dejar rastro».
A veces David le gana a Goliat
Aunque, a modo de ver del prelado, la mayoría de las veces «se imponen los más fuertes» y se viven experiencias de «fracasos e inconsecuencias», Dios «nos pide cambios» pero sabe que, «solos poco vamos a lograr». Y es por eso que «quiere asegurar que nada que sea bueno, justo, amable en nuestro ser y en nuestro obrar vaya a perderse».
El mensaje de Semana Santa «es justamente eso, el misterio de la vida», ha señalado, refiriéndose a los inicios «entre aclamaciones y en ambiente de fiesta», para tornarse en «tragedia sin sentido» y que al final «se revele la realidad de lo que somos, transformados por la salvación de Dios».
El obispo administrador diocesano ha tenido un recuerdo especial por las personas enfermas, que han estado siguiendo la Misa desde los medios de comunicación sin poder desplazarse a las iglesias. Del mismo modo, ha deseado una Feliz Pascua «a todos los que vivimos con la confianza de que lo que Cristo logró con su entrega generosa, lo que el Padre respaldó definitivamente tras su muerte, nada ni nadie nos lo va a poder arrebatar».