Hoy es un día de celebración y de alegría para los sacerdotes y religiosos de la Diócesis que en esta jornada especial rememoran su ordenación sacerdotal. Algunos de los que hoy han acudido a la misa de Begoña han cumplido sus 70 años de sacerdocio. Es el caso de Antonio Uriarte, quien desempeñó buena parte de su servicio en Apostolado del Mar, un ámbito que ya no existe.
En la celebración ha participado uno de los sacerdotes de mayor edad, el ex vicario general José Angel Ubieta, de 96 años y el más joven, Álex Andreu, de 29 años, quien en la Eucaristía ha interpretado la lengua de signos para la comunidad creyente de las personas sordas de la Diócesis. Se da la circunstancia de que a partir de este próximo 25 de junio, día de su ordenación, Jaime Pizarro, se convertirá en el cura más joven de Bizkaia.
Una homilía con agradecimientos y mensajes
En su intervención, el obispo ha agradecido el don del sacerdocio y también ha querido dejar algunos mensajes. Ha señalado que nadie elige el contexto ni los destinatarios de su misión y que cada época tiene sus problemas, “pero Dios nos da sacerdotes buenos que sirvan a sus comunidades con amor y realismo. Sacerdotes que han querido y siguen queriendo configurar su vida con el misterio de la cruz del Señor. Damos gracias a Dios por ese gran don para su Iglesia”.
En un momento de su intervención Mons. Segura ha puesto el acento en el acercamiento a la gente y en el desarrollo de las comunidades «que estamos intentando aprender a valorar con el espíritu de la sinodalidad».
Celebración completa: aquí
Zorionak zuen abade bokazioa pozez bizi dozuen guztioi eta alkarte katolikoan bizirik dagoan berariazko karismaren bat leialtasunez bizitzen saiatzen zareenoi
Muchos de los sacerdotes mayores que han participado hoy en la celebración de su ordenación residen en los dos hogares sacerdotales que hay en la Diócesis. 32 personas en el Hogar Sacerdotal San Vicente y 21 el Hogar Sacerdotal Virgen de Begoña. La preocupación por dotar de una mejor atención a los sacerdotes que están en situación de mayor dependencia, ha originado que se estén dando pasos para que, próximamente, algunos de ellos se trasladen a la Casa de la Misericordia, que cuenta con los recursos profesionales y ambientales necesarios para atender necesidades que requieren de una intervención especializada y multidisciplinar. Las nuevas orientaciones de Diputación posibilitan que los sacerdotes que a partir de ahora residan en la Misericordia formen parte de una unidad convivencial.
