Desde las 08:00 hasta las 14:00 horas de hoy jueves, unas 200 personas están participando en la lectura del libro de Etxepare y al igual que sucedió la pasada edición, tiene lugar en formato reducido, debido a la pandemia. La iniciativa, cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Bizkaia y Laboral Kutxa y este año han optado por la primera obra publicada en euskera, no sólo motivados por la importancia de ser la pionera, sino también por ser un modelo de poesía popular “y es que la poesía de Etxepare no es culta, sino del pueblo, -explican- una poesía escrita para ser cantada, muy cercana al bertsolarismo y a la copla”.
Unas 200 personas se está turnando a lo largo de la mañana en la lectura en la que también participan de manera virtual miembros de 50 Euskal Etxeak de todo el mundo. Entre los lectores y lectoras están representantes de todos los sectores de la sociedad: el Alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la diputada de Euskera, Cultura y Deportes, Lorea Bilbao; el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia y el obispo electo de Bilbao, Mons. Joseba Segura, son algunos de ellos.
En anteriores ediciones se han leído “Gero” (Axular), “Peru Abarca” (Mogel), “Haur besoetakoa” (Mirande), “Hamaika pauso” (Saizarbitoria), “Zergatik panpox” (Arantxa Urretabizkaia), “Obabakoak” (Atxaga), “Harri eta herri” (Gabriel Aresti), “Narrazio guztiak” (Sarrionandia), “Metamorfosia” (Kafka), “%100 Basque” (Itxaro Borda), “Kresala” (Txomin Agirre), “Otto Pette” (Anjel Lertxundi) e “Ipuin hautatuak” (Mariasun Landa).
Bernat Etxepare
El escritor y sacerdote bajonavarro Bernat Etxepare nació en Sarrasketa en 1480. Fue vicario de Saint Jean Pied de Port. Escribió “Linguae Vasconum Primitiae”, primer libro publicado en euskera, que salió a luz en Burdeos en 1545, una recopilación de quince poemas y un prólogo. Los dos primeros textos son de tema religioso, otros diez son de amor, hay otro poema autobiográfico sobre su estancia en la cárcel y los dos últimos se dedican a la alabanza del euskera.