¿Cuál es la situación que está viviendo?
Es un tiempo desconocido para nosotros, tiempos duros, tiempos recios donde tenemos unos desafíos imponentes ante nosotros de salud y de modo derivado familiares, sociales, económicos, pero también es un tiempo de llamar a todos juntos a arrimar el hombro poniendo por nuestra parte todos los medios para evitar más contagios y para ayudar en todo lo que podamos. Es un tiempo también para la esperanza, para la fortaleza, para la paciencia, para animarnos unos a otros y seguro que entre todos vamos a vencer esta situación, Saldremos con heridas profundas, muchas personas que están falleciendo…
La nota positiva es que mayoritariamente se ha asumido la responsabilidad y han emergido capítulos de solidaridad.
Ciertamente pienso que el ser humano se crece ante los desafíos. Nos ha venido esto como un tsunami. Nos hemos visto sumergidos en una situación difícil. Pienso que todos hemos tomado conciencia de la gravedad de la situación y con responsabilidad estamos actuando en esos dos grandes capítulos. El primero, es cómo prevenir el contagio. Mayoritariamente estamos todos en casa, llevando la situación lo mejor que podemos, intentamos seguir en contacto a través de los medios telemáticos, las redes, el teletrabajo… No nos es fácil estar en casa, hay gente que vive en pisos pequeños, vemos personas mayores con miedo, con angustia, la situación también de las residencias, de los hospitales…
El campo de la solidaridad también es importante. Cáritas ha abierto una página: lasolidaridadnosepara y mucha gente está llamando para colaborar voluntariamente. En otros ámbitos solidarios también siguen dando comidas por tuppers para no contagiar… Ahí está el comedor de los franciscanos de Irala, los claretianos del Corazón de María, Cáritas y las instituciones atendiendo a los sin techo, a las personas que necesitan un cuidado especial… Los trabajadores, los cuidadores de las residencias de mayores que se están volcando… Se han multiplicado los actos y formas de solidaridad, ayuda y ánimo.
No quisiera olvidar a las personas que acompañan en pastoral de la salud, a los sacerdotes que están yendo a los hospitales porque les reclaman en situaciones límite. Me llena de admiración y tenemos que reconocer tantas entidades sociales y de Iglesia que siguen atendiendo a la gente y han multiplicado sus esfuerzos. Lagungo, el cementerio de Derio atendiendo a las personas que fallecen por esta situación. Se está dando sepultura con medidas tan estrictas, que las personas fallecen sin poder despedirse de sus familias, sin poder tener el consuelo espiritual en caso de los creyentes. Que sepan que el obispo está celebrando todos los días por todas estas personas. Me gustaría dar ese abrazo grande a las personas enfermas, a los que trabajan con ellos, a las familias…
La propia Iglesia se ha tenido que reinventar
Ciertamente es duro para todos vivir esta situación. La Iglesia ha tenido que tomar decisiones muy duras. Los sacerdotes siguen celebrando en casa en contacto con los medios de comunicación…. Nos debemos dar cuenta que muchos sacerdotes y personas que acuden a la Eucaristía son mayores y por lo tanto, un factor de riesgo grande. Hay momentos en los que por responsabilidad hay que tomar decisiones duras. Dios transciende lo habitual de su presencia. En esta situación extraordinaria nos estamos haciendo presentes en todos los ámbitos en los que estábamos, pero de otras maneras.