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Bizkeliza 5 Acción Pastoral 5 Propuesta gesto en favor de la Paz para Pentecostés 2024
09.05.2024

Propuesta gesto en favor de la Paz para Pentecostés 2024

Desde la Comisión diocesana de Paz y Reconciliación hacemos esta propuesta a las comunidades y os animamos a realizar un gesto en favor de la Paz, que pueda ser complementario a la dinámica que ya esté preparado para la Vigilia de Pentecostés.

“Artesanos de la paz dispuestos a iniciar procesos de sanación y de encuentro renovado con ingenio y audacia” (FT 225).

Monición después de oración final

Ante las terribles situaciones de tantos paises golpeados por la violencia, la vulneración de derechos humanos queremos elevar una plegaria de PAZ por tantas personas afectadas en Oriente medio, Gaza, Ucrania, Siria, Sudán, Yemen y tantos otros países del mundo entero. Queremos que el Espíritu recibido en esta celebración nos ayude a ser artesanos de la paz, comprometidos con todos los procesos de sanación y reconciliación. Pedimos que el Espíritu de Jesús, príncipe de la paz nos transforme en ciudadanos audaces y responsables con el cuidado y la defensa de la vida de toda persona humana.

Gesto

Al terminar la celebración, después de la oración final, salimos en silencio del templo, dejando que el cirio pascual nos preceda, como el día de la vigilia pascual. Queremos expresar que somos enviados por Jesús resucitado a la misión de transformar las situaciones presentes de vulneración de derechos y la violencia ejercida contra la ciudadanía en muchos lugares del mundo. Él nos envía y nos acompaña a ser luz en medio de las grandes oscuridades de la tierra.

Fuera del templo, en la calle, estando en silencio oramos juntos/as por la paz durante un tiempo y acabamos apagando el cirio pascual y si se quiere encendiendo una vela cada persona que se lleva a casa para recordar el compromiso por ser artesanos de la paz y pedir a Dios que empuje a que los gobiernos sean arquitectos de la Reconciliación.

Oración

Antes de salir o en la misma calle, se puede realizar esta oración del papa Francisco 27.10.23 al finalizar oración Pacem in terris (pudiendo ser recortada), tambien se puede finalizar rezando el Padre Nuestro.

María, míranos. Estamos aquí ante ti. Tú eres Madre, conoces nuestros cansancios y nuestras heridas. Tú, Reina de la paz, sufres con nosotros y por nosotros, al ver a tantos de tus hijos abatidos por los conflictos, angustiados por las guerras que desgarran el mundo.

Ahora, Madre, toma una vez más la iniciativa, tómala en favor nuestro, en estos tiempos azotados por los conflictos y devastados por las armas. Vuelve tus ojos misericordiosos a la familia humana que ha extraviado el camino de la paz, que ha preferido Caín a Abel y que, perdiendo el sentido de la fraternidad, no recupera el calor del hogar. Intercede por nuestro mundo en peligro y en confusión. Enséñanos a acoger y a cuidar la vida —¡toda vida humana! — y a repudiar la locura de la guerra, que siembra muerte y elimina el futuro.

Recuérdanos la importancia de nuestro papel, haz que nos sintamos responsables por la paz, llamados a rezar y a adorar, a interceder y a reparar por todo el género humano.

Madre, solos no podemos lograrlo, sin tu Hijo no podemos hacer nada. Pero tú nos llevas a Jesús, que es nuestra paz. Por eso, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros recurrimos a ti, buscamos refugio en tu Corazón inmaculado. Imploramos misericordia, Madre de misericordia; suplicamos paz, Reina de la paz. Mueve los corazones de quienes están atrapados por el odio, convierte a quienes alimentan y fomentan conflictos. Enjuga las lágrimas de los niños —en esta hora lloran mucho—, asiste a los que están solos y son ancianos, sostiene a los heridos y a los enfermos, protege a quienes tuvieron que dejar su tierra y sus seres queridos, consuela a los desanimados, reaviva la esperanza.

El pueblo fiel te llama aurora de la salvación. Madre, abre resquicios de luz en la noche de los conflictos. Tú, morada del Espíritu Santo, inspira caminos de paz a los responsables de las naciones. Tú, Señora de todos los pueblos, reconcilia a tus hijos, seducidos por el mal, cegados por el poder y el odio. Tú, que estás cerca de cada uno, acorta nuestras brechas de separación. Tú, que tienes compasión de todos, enséñanos a hacernos cargo de los demás. Tú, que revelas la ternura del Señor, haznos testigos de su consolación. Madre, tú, Reina de la paz, derrama en los corazones la armonía de Dios. Amén.

Documento adjunto: