Gernika, situada en la encrucijada formada por los caminos de Bermeo a Durango y Lekeitio a Bilbao, forma parte de la Biosfera de Urdaibai, el humedal más importante de Euskadi y fue fundada en 1366 por el infante Don Tello de Castilla, Señor de Vizcaya, quien le otorgó el privilegio de organizar cada lunes un afamado mercado que se mantiene hasta nuestros días. El municipio actual surge en el siglo XIX con la unión de la anteiglesia de Lumo y la villa de Gernika.
González Zurdo explica en este recorrido, que Gernika es un lugar de suma importancia para el pueblo vasco “en tanto que es aquí, junto a su simbólico árbol, donde el lehendakari jura su cargo atendiendo a la ancestral costumbre vasca de congregarse bajo un árbol para decidir sobre los intereses de la comunidad. A la sombra de este árbol, que originalmente se encontraba en Lumo, se redactaron las leyes vizcaínas y su importancia fue tal que, una vez el rey de Castilla se convirtió en Señor de Vizcaya, antes de ser proclamado rey castellano, debía acudir a Gernika a prestar juramento”.
Otros enclaves en la villa foral
Ofrece Gernika al peregrino numerosos enclaves religiosos para visitar. Cabe destacar la iglesia parroquial dedicada a Santa María, del siglo XV, y el convento de Santa Clara, también del siglo XV, cuya comunidad de religiosas goza de gran arraigo en la villa y que se encuentra unido, por un arco de medio punto, con el Antiguo Hospital del Señorío.