La Formación Permanente -explican- es una constante revisión de vida realizada en equipo por militantes que han seguido un proceso para asumir la presencia de Dios en su vida y en el mundo, en la realidad cotidiana del mundo obrero y del trabajo «para asumir el proyecto de humanización que él nos ofrece y propone. Ahora se trata de vivir, narrar, comunicar, y dialogar, y testimoniar esa vida. A esto va dirigida la Formación Permanente».
La HOAC otorga una gran importancia a la formación de militantes obreros cristianos. La formación en este movimiento de Acción Católica especializada no es algo teórico, «no es adquirir sin más unos conocimientos, sino construir conscientemente nuestra vida, nuestro ser personas, desde la propuesta de vida que es el Evangelio de Jesucristo. La formación favorece la construcción de nuestra humanidad; y ser persona, construirnos como personas, que es la tarea más apasionante de la vida de cualquier ser humano».