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03.07.2024
Conferencia de Alberto Santana, Jefe de Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia

La `maldición´ del hierro de Bizkaia, el mejor del mundo

El departamento de medios de comunicación de la Diócesis ha publicado el vídeo de la ponencia inaugural, ofrecida por el historiador Alberto Santana, en las XLII Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, que se celebraron la semana pasada en Bilbao. El Jefe de Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia, da a conocer algunos detalles interesantes en su presentación. Hace referencia, por ejemplo, a la iglesia de San Antón, el primer templo de Bilbao, anterior a la catedral de Santiago, tal y como queda patente en el escudo de la villa. Su relato hace hincapié también en el único recurso natural con el que contó Bilbao durante miles de años: el hierro. Sin embargo, los "enormes veneros" tenían una `maldición´: "no sabíamos procesarlo".

El de Bizkaia fue, durante milenios «el mejor hierro del mundo«, hasta que más tarde se descubrió en América y en África.

Alberto Santana incide en la idea de que «nuestra edad del hierro no fue rica en instrumentos, en herramientas de hierro», porque no se podían procesar.

Las miles de personas que llegaban a Bizkaia a encontrar el `mineral rojo´, como la vena de sangre, se afanaron por hacerse con el mejor hierro del mundo. Tenía un 60% de riqueza metálica en el mineral. Bastaba un horno menor para convertirlo en lingotes, en herramientas o en armas. «Se disponía de bosques abundantes que crecen hasta el borde del mar y que proporcionaban combustible para los hornos, teníamos ríos cortos que proporcionaban la energía motriz para mover los mazos y los fuelles…». Sin embargo, se tardó en incorporarlo, hasta el s. XVI, señaló el ponente.

Bilbao se fundó para ser un mercado abierto

Nació con sus siete calles y una muralla. Se construyó un puente para solventar las mareas altas y poder cruzarlo en carros. En la peña blanca, Atxuri, se realizó «un pequeño reforzamiento, que servía como anclaje para los amarres de las embarcaciones del tiempo».

Los templos, fueron el anclaje y «el norte de nuestra identidad«, porque la vida de la comunidad giraba siempre en torno a las iglesias.

Son algunas de las cuestiones sobre las que reflexionó Santana en la conferencia que ofreció a los responsables de patrimonio de unas 25 diócesis del estado.

Alberto Santana, en un momento de su ponencia