Recordemos que es muy importante seguir las indicaciones de los responsables de la salud para evitar el avance acelerado de la enfermedad con las medidas higiénicas y evitando contactos que faciliten el contagio. Estas recomendaciones estarán vigentes hasta que lo determinen las autoridades sanitarias y se pueden resumir en:
• Aplicar medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente con agua y jabón o con solución hidroalcohólica, taparse al toser con pañuelo desechable inmediatamente o en el pliegue del codo, así como la limpieza de superficies que hubieran podido ser salpicadas con tos o estornudos.
• En cualquier caso, se recomienda evitar lugares concurridos en los que no sea posible mantener la distancia de seguridad interpersonal de, al menos, un metro.
• Se recomienda salir de casa lo menos posible.
En la confianza de que Dios siempre nos acompaña, particularmente en los momentos de mayor dificultad, y nos envía a cuidar y sostener en la esperanza a quienes nos rodean, con sentido de responsabilidad y colaboración fraterna, establecemos para nuestra Diócesis de modo preventivo, extraordinario y temporal, las siguientes disposiciones:
1. Se suspende la celebración pública de la Eucaristía. Se invita a los presbíteros a la celebración cotidiana de la Eucaristía de modo privado con algunas pocas personas convocadas por la parroquia, como indica la nota publicada por la Conferencia Episcopal, ofreciéndola por la situación presente, para que Dios nos sostenga en la esperanza, asista a los profesionales y voluntarios que están dando lo mejor se sí mismos para controlar esta situación, consuele los que están atemorizados o desesperanzados, alivie a los que sufren las consecuencias de este virus, mientras encomendamos a los fallecidos, pidiendo para ellos el eterno descanso.
2. Los fieles quedan dispensados del precepto dominical. Pueden seguir las celebraciones litúrgicas desde sus casas a través de los medios de comunicación. El departamento diocesano de medios de comunicación facilitará la información de los medios que transmiten las celebraciones litúrgicas.
3. Se pospone la celebración pública de los demás sacramentos (bautismo, confirmación, matrimonio, celebración comunitaria de la reconciliación). Cualquier cuestión particular, consúltese con vicaría general.
4. Queda suspendida la celebración pública de los funerales y exequias. Consensuando el modo de proceder con la familia, procúrese en la medida de lo posible posponer su celebración hasta la conclusión de estas medidas extraordinarias. Si esto no fuera posible por causas objetivas, sería posible la celebración del funeral de modo privado con la familia más allegada, posponiendo otra celebración abierta más adelante.
5. Quedan suspendidas las manifestaciones públicas de devoción o actos y celebraciones de piedad popular.
6. Manténgase abiertos los templos para la oración personal según la costumbre de cada lugar, no pudiendo tener celebraciones sacramentales ni actos de piedad con personas que libremente tengan acceso.
7. Oremos unos por otros, por quienes están padeciendo la enfermedad, por sus familiares y amigos, por el personal sanitario, así como por quienes trabajan por la contención en la propagación del virus.
8. No deje de atenderse adecuadamente, siguiendo las indicaciones de prevención de las autoridades sanitarias, a los enfermos, ancianos, personas solas, aisladas o en situaciones de especial dificultad.
9. Atendamos con esmero a las personas sin hogar ofreciendo nuestras instalaciones y bienes para su atención en coordinación con las instituciones y siguiendo las adecuadas medidas de prevención establecida por las autoridades sanitarias.
10. Dispongámonos a ejercer la comunión fraterna ante las consecuencias económicas y sociales que esta situación genera en la sociedad y que afecta de modo particular a los más desfavorecidos.
11. No dejemos de acompañarnos los unos a los otros como Pueblo de Dios y ayudemos y colaboremos generosamente en todo lo que fuera necesario.
Hagamos nuestra la oración que el Papa Francisco nos invita a rezar en estos momentos:
“Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos con la voluntad del Padre y a hacer lo que nos diga Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas, que estamos en la prueba, y líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”.
Estas disposiciones entran en vigor de modo inmediato hasta que se decrete su finalización, que dependerá del levantamiento de las medidas establecidas por el estado de alarma o de emergencia sanitaria. Serán reevaluadas atendiendo a lo que en cada momento dispongan las autoridades civiles.
Bilbao, 14 de marzo de 2020
+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao