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11.05.2007

Siglo y medio siendo “refugio” de marginados

Dentro de la celebración del 150 aniversario de la llegada de la Unión Nuestra Señora de la Caridad al País Vasco, ayer por la mañana, la provincial de la orden, Carmen Otxoa recordó el trabajo de la congregación durante este siglo y medio y agradeció el apoyo recibido de las instituciones. Por eso tuvieron un lugar destacado, el diputado de Acción Social, Juan María Aburto; el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, Begoña Ortuondo de la Obra Social de la BBK. y José Luis Achótegui, vicario de la Diócesis de Bilbao. En el acto intervino Cristina Fabré, jefa de la Unidad del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, que desarrolló una ponencia sobre la Ley Integral y el papel de las administraciones en la recuperación y protección de las víctimas.

Destacó que por primera vez, las mujeres cuentan con un elenco de derechos sociales que permitirán restituir su proyecto de vida, ya que las indemnizaciones por daños materiales, morales y lesiones no son suficientes. Para ella “los menores son los grandes marginados de la ley” porque a veces no se sabe como actuar. Dijo, que desde los juzgados, aún se está trabajando poco en el tema del menor, lo que supone muchas quejas de las mujeres maltratadas, ya que el menor, “es utilizado en muchas ocasiones como arma arrojadiza contra la mujer por parte del agresor”. El acto concluyó con una visita guiada al centro, en la que los asistentes pudieron conocer los tres pisos en los que se divide la residencia.

La Unión Nuestra Señora de la Caridad, (UNSAC), celebra, estos días, los 150 años de la llegada de la orden y la creación de “El Refugio” en Bilbao, un lugar emblemático del trabajo con mujeres en situación de marginación y también de jóvenes, adolescentes y menores porque su misión sigue siendo “trabajar allí donde la dignidad de una persona se vea amenazada”

En la actualidad la Congregación Unión Nuestra Señora de la Caridad, en Bilbao, está dedicada a la atención de jóvenes y menores, de una manera personalizada y cercana, cubriendo no sólo las necesidades básicas, sino poniendo las herramientas necesarias para alcanzar una vida normalizada. En este momento no hay mujeres en el centro, pero sí casi medio centenar entre niños y adolescentes. Para atenderlos hay un equipo formado por más de 40 profesionales, entre trabajadores sociales, psicólogos….

Mª Carmen Otxoa, provincial en España de la orden y Arantza Trevilla, directora de El Refugio, hicieron un recorrido por la historia de la institución desde el 18 de abril de 1857 en que llegaron a Bilbao. Ambas recalcaron la necesidad de alcanzar una vida “normalizada” para estos niños y jóvenes que conviven en “El Refugio”, a los que intentan dotar de un entorno familiar, horarios, actividades… como los de cualquier otro niño. Su programa diario es lo más parecido posible a si vivieran con sus familias.

En “EtxeAlai” y “Etxe Alai Txiki”, dos de los tres pisos, viven niños y niñas hasta los 11 años, con la meta de ayudarles a preparar el retorno a su familia, al acogimiento o la adopción. Para los adolescentes, en el “Hogar Gazte-Alai”, el objetivo es dotarles de los mismos medios que otros jóvenes de su entorno y descubrir alternativas de futuro.

Carmen Otxoa