Es una nueva edición en euskera del IDTP
Sí. Pensamos hacerlo a través de la revista Hemen, pero, por desgracia, se ha dejado de editar. Encajaba con el objetivo del Instituto de dialogar en euskera de temas religioso con el mundo actual.
Defines a Lete como un creyente y el primer profeta vasco posmoderno, ¿En qué te basas para ello?
Lo afirmo con interrogantes, pero sugiriendo que Xabier Lete puede ser efectivamente el primer profeta vasco religioso posmoderno. Lo que es muy de destacar, porque se trata de un laico, que además, se había autoproclamado agnóstico y, hasta en sus últimos días, se autodefine como materialista. Lo de posmoderno lo sugiero porque Xabier se abrió a la fe cristiana no predominantemente vía racional, característica de la modernidad, sino, sin abandonar la razón, a través de la oración, la admiración de la belleza y la entrega y piedad hacia los demás. Es probable que hubiera otros testigos similares o mejores en Euskal Herria, pero o no se nos manifestaron o no lo hicieron con la expresividad y generosidad con la que lo hizo Xabier.
Se reproducen algunas cartas del cantautor y su enfermedad, ¿Qué nos aportan?
Las cartas se entrecruzaron entre Xabier Lete y Joxe Arregi, entonces director de la revista Hemen entre 2004-2009 (Xabier murió en 2010) y todas ellas versan sobre la experiencia religiosa de Xabier en unos momentos cruciales de su vida, ya gravemente enfermo. En ese periodo de cruce de cartas se produjo además la muerte de su pareja, Lourdes Iriondo. Por tanto estas cartas entre el poeta y el teólogo reflejan la espiritualidad más profunda de Xabier en la madurez de su vida.
¿Qué lección podemos rescatar para la vida creyente de hoy desde Xabier Lete?
Cada lector sacará las suyas, porque lo que se lee se hace desde la situación personal de cada uno, pero a mí, a bote pronto, me parece que merece destacarse la importancia de la oración, incluso en momentos de increencia, la solidaridad y compasión respecto de los más necesitados, la atención a las preguntas básicas del ser humano, el gusto por la belleza, el amor a Lourdes… y, en sus años jóvenes, la critica a una Iglesia anquilosada. Tengo la sensación de que se me quedan muchas cosas en el tintero… que espero que, al menos en parte, se completen con la lectura del libro.