Al realizar una visita guiada por el Archivo, con motivo de su Día, se puede acceder a uno de los cinco depósitos. También a la de exposición del Centro Ícaro, la de reproducción documental, a la de consulta y, «se pueden contemplar e incluso tocar, documentos en distintos soportes. Desde un pergamino hasta el USB«, explica la directora Anabella Barroso.
Desde la fumigación hasta la difusión
En un par de horas de visita, se puede llegar a conocer cómo se documentan las actividades de la Iglesia en Bizkaia a lo largo de los siglos y percatarse del trabajo técnico que se realiza en el Archivo. Anabella detalla que las actividades son diversas «desde la fumigación, la preparación, la clasificación, la descripción, la conservación, la reproducción en otros soportes, hasta llegar a la web o a redes sociales y las actividades educativas».
Valor social del Archivo
Los documentos, sin perder su valor primario netamente pastoral, han adquirido con el tiempo un valor secundario «de gran interés para estudios de todo tipo». Con el lema #SomosArchivo, que proponía el Consejo Internacional de Archivos, del que el Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia (AHEB-BEHA) es miembro, han participado en un proyecto de estudio para monetizar el valor social del archivo.
En este sentido, resalta el valor emocional que aporta a los distintos usuarios y a las diversas entidades diocesanas que depositan allí sus documentos, «traspasando la responsabilidad de la custodia y transmisión a futuras generaciones».
Desde el Servicio Diocesano de Archivos y en colaboración con Cancillería, secretaría, administración, informática, departamento de comunicación, «se está trabajando en la gestión integral de la información diocesana con el fin de informatizar datos y documentos , en el marco de la transformación digital y la oficina sin papel que nos permita una gestión sostenible a largo plazo«.