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10.06.2020

Un recuerdo a Isidro Uzkudun en el 20º aniversario de su asesinato

Hoy 10 de junio se cumplen veinte años de la muerte del misionero de Misiones Diocesanas Vascas, el pasaitarra Isidro Uzkudun, en Ruanda. Una bala acabó con su vida hace dos décadas, pero su memoria y legado permanecen muy vivos aún. Uzkudun estuvo unos 18 años en Kayenzi y otros tantos en Mugina. En la delegación de Misiones Diocesanas, recuerdan el último fax que les envió pocos días antes de morir, en el que pedía permiso para emplear el dinero que se le iba a enviar (para cambiar la vieja furgoneta de la misión por una nueva) en comprar alimentos para paliar la gran hambruna que padecía la población, debida a la última sequía. Actualmente la Fundación Isidro Uzkudun trata de dar continuidad al centro educativo que él puso en marcha, el colegio San Ignacio dedicado a la formación secundaria de la juventud ruandesa era considerado su obra preferida.

El día de hoy puede ser una buena fecha para recordar el libro que escribió en 2010, en el 10º aniversario del asesinato de Uzkudun, el sacerdote, misionero y periodista Josetxu Canibe. Bajo el título “Un atardecer de junio”, recorre los lugares africanos donde vivió y desarrolló su labor Isidro Uzkudun, un texto que recoge testimonios directos de quienes le conocieron.

Un hombre sano y evangélico

Su condiscípulo Mons. Juan María Uriarte, obispo emérito de San Sebastián, lo describía en una charla que ofreció con motivo del décimo aniversario de su muerte y que ahora se ha recuperado, en parte, en el número de junio de la revista misionera Los Rios. En el texto, Uriarte recuerda “con gran afecto a aquel joven pasaitarra”, a quien conoció y trató en el Seminario de Vitoria “en dos veranos consecutivos pasó unos días en mi casa de Fruniz”, Uriarte destaca su jovialidad, su libertad, su transparencia, su espíritu nada convencional, su sentido común, su talante servicial, su capacidad comunicativa, su ánimo emprendedor y su afinidad por el canto y el deporte. También resalta la capacidad de diálogo y de sintonía de Uzkudun “que hizo de él un hombre de consejo y consuelo muy solicitado. Su espíritu abierto le condujo a simultanear sus trabajos estrictamente pastorales con otras actividades de animación cultural”.