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26.08.2021
De la comunidad de Lekeitio

Una monja Agustina Recoleta, con un don especial para la pintura

Sor Mira Recoleta es filipina. Llegó a la comunidad de Agustinas Recoletas de Lekeitio en el 2003. Un misionero de la orden, profesor de la Universidad donde estudiaba comercio, le invitó a salir del país y se decidió por la comunidad de la localidad costera, donde también se encontraba su hermana "aunque ahora está en un convento de Carmelitas", apostilla. Comenzó a pintar desde muy pequeña, "era genético, porque mi abuela también fue pintora", pero sus padres no le animaron a seguir porque le decían que "del arte no se puede vivir". Su primera vocación, era la de monja contemplativa, tanto que incluso estaba dispuesta a renunciar al arte de pintar. Pero no ha sido necesario. Entre la oración, las tareas propias del convento y la atención a las vocaciones, saca algo de tiempo para los pinceles. Además dispone de una cuenta en redes desde la que muestra la "alegría" de la vida de clausura al mundo.

Este sábado, 28 de agosto, se celebra la festividad de San Agustín. Las monjas recoletas del Monasterio de la Purísima Concepción celebrarán el día con una eucaristía presidida por uno de los frailes mercedarios de la comunidad de Lekeitio. La superiora, Sor María Lurdes, señala que este año, las ocho monjas que forman la comunidad, junto a las cuatro jóvenes que se han incorporado como postulantas, no celebrarán el día de una manera muy especial, ya que las restricciones de la pandemia también les afectan. 

Están atareadas con la elaboración de rosquillas, con la huerta, con la atención a las mayores…y orando por todo el mundo. Entre las labores cotidianas y los rezos cada una de ellas dispone de su tiempo de ocio. Sor Mira lo dedica a pintar cuadros. Algunos de ellos por encargo, «acabo de terminar uno para mi primo» y otros, porque se lo piden las hermanas, «como éste de la Virgen de Begoña, que todavía no lo he terminado, porque le tengo que retocar algunos detalles de la cara». 

Un don de Dios

Nació con ese don y comenzó a pintar con seis años. Ha sido autodidacta, Fue su hermana mayor quien le enseñó a perfeccionar algunos gestos de las facciones. Reconoce que la pintura le aleja de las preocupaciones y le ofrece mucha alegría. «Es una manera de acercarme a Dios y de acercar Dios a la gente», subraya. 

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Sor Mira, pintando un cuadro